Los días se deslizaban uno tras otro, cada uno llevando consigo la carga de un secreto que amenazaba con romper la frágil tranquilidad de la vida de Jisung y Minho. Mientras Jisung luchaba por encontrar una manera de abordar la preocupación creciente que sentía por su novio, Minho se veía arrastrado por un torbellino de miedo y desesperación que amenazaba con consumirlo por completo.
Después de semanas de sufrimiento silencioso, Minho finalmente decidió buscar ayuda médica. Con el corazón lleno de temor y esperanza, visitó en secreto al médico, con la esperanza de encontrar respuestas que lo liberaran de la angustia que lo consumía. Sin embargo, lo que descubrió lo sumió aún más en la oscuridad de su propio tormento.
El diagnóstico fue devastador: cáncer avanzado. Las palabras del médico resonaron en la mente de Minho como un eco ominoso, llenando su corazón de una desesperación abrumadora. No sabía cómo enfrentar la noticia, cómo decirle a Jisung que su mundo estaba a punto de desmoronarse. Y así, tomó una decisión que cambiaría el curso de sus vidas para siempre.
Decidió no contarle a Jisung.
La idea de ver el dolor y la desesperación en los ojos de Jisung era demasiado dolorosa de contemplar. No podía soportar la idea de ser la causa de su sufrimiento, de robarle la felicidad que habían encontrado juntos. Así que, con el corazón lleno de agonía, Minho decidió guardar su secreto, ocultando su dolor tras una máscara de falsa alegría y optimismo.
Las semanas pasaron, y Minho luchó por mantener su secreto enterrado en lo más profundo de su corazón. Aunque sus síntomas empeoraban con cada día que pasaba, se esforzaba por ocultar su sufrimiento a los ojos de Jisung. No quería que lo viera débil, no quería que lo viera sucumbir ante la enfermedad que amenazaba con consumirlo.
Sin embargo, por más que intentaba fingir estar bien, la verdad siempre encontraba una manera de hacerse presente. Los dolores que antes podía ocultar ahora se volvían insoportables, obligándolo a retirarse a solas en su habitación, donde podía dejar escapar sus lágrimas en la oscuridad de la noche.
Jisung notaba los cambios en Minho, la sombra que se cernía sobre su pareja como una nube oscura en un día de verano. A pesar de sus intentos por ocultar su dolor, Jisung podía ver a través de la fachada de Minho, percibiendo el sufrimiento que se escondía tras su sonrisa forzada.
A medida que los días pasaban, la brecha entre ellos crecía, alimentada por el silencio que rodeaba el secreto de Minho. Jisung sabía que algo estaba mal, pero no podía ponerle nombre a la sombra que oscurecía la felicidad que habían compartido juntos. Y así, mientras Minho luchaba en silencio contra la enfermedad que amenazaba con consumirlo, Jisung se aferraba a la esperanza de que algún día, la verdad saldría a la luz, revelando los secretos ocultos que amenazaban con destruirlos a ambos.
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