A medida que los días pasaban, Jisung comenzó a notar cambios en el comportamiento de Minho. Su energía parecía disminuir gradualmente, y a menudo lo encontraba perdido en sus pensamientos, con una expresión de dolor que intentaba ocultar. Jisung sabía que algo no estaba bien, pero no quería saltar a conclusiones precipitadas.
Una tarde, mientras caminaban juntos por el parque, Jisung notó que Minho se detuvo abruptamente, una mueca de dolor cruzando su rostro antes de que pudiera ocultarla.
-¿Estás bien, Minho? -preguntó Jisung, preocupado por la repentina muestra de malestar. Minho intentó sonreír, pero su expresión se desvaneció rápidamente.
-Sí, solo es un pequeño dolor de cabeza. No te preocupes por mí, Ji. Probablemente sea solo estrés. -respondió Minho, intentando restar importancia al asunto.
Aunque Jisung quería creerle a Minho, la preocupación comenzó a nublar su mente. Cada vez que veía a Minho luchar contra el dolor, sentía un nudo en el estómago que no podía ignorar. Quería ayudarlo, pero no sabía cómo hacerlo sin parecer insistente o intrusivo.
Esa noche, mientras cenaban juntos en el apartamento de Minho, Jisung decidió abordar el tema de manera más directa.
-Minho, sé que has estado sintiéndote mal últimamente. ¿Estás seguro de que no deberías ver a un médico? -preguntó Jisung, su voz llena de preocupación. Minho pareció incomodarse ante la sugerencia.
-No te preocupes tanto, Sung. Estoy bien, de verdad. Probablemente solo necesito un poco más de descanso. -respondió Minho, intentando tranquilizar a su novio.
A pesar de sus dudas, Jisung decidió confiar en las palabras de Minho. Quería creer que su novio estaba bien, que solo necesitaba un poco de tiempo para recuperarse. Sin embargo, la preocupación seguía presente en su mente, nublando la felicidad que habían compartido hasta ahora.
Los días pasaron, pero Minho no parecía mejorar. Aunque intentaba ocultar su malestar, Jisung notaba que cada día se volvía más difícil para él. La sonrisa de Minho parecía más forzada, y su energía disminuía rápidamente. Aunque Jisung seguía preocupado, decidió respetar la decisión de Minho de no ver a un médico.
Sin embargo, la preocupación seguía pesando en su corazón, oscureciendo la felicidad que habían compartido hasta ahora. Jisung se preguntaba si había tomado la decisión correcta al confiar en las palabras de Minho, si debería haber insistido más en que buscará ayuda médica. Pero cada vez que intentaba plantear el tema, Minho lo evitaba, y Jisung no quería presionarlo demasiado.
A pesar de sus dudas y temores, Jisung decidió seguir adelante con la esperanza de que Minho mejorará con el tiempo. Quería creer que estaba bien, que su malestar no era más que una fase pasajera. Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, Jisung sabía que algo no estaba bien, y que el tiempo solo lo revelaría
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