El invierno se asentaba con fuerza, cubriendo la ciudad con una capa de nieve blanca y brillante. Sin embargo, el frío más helado no provenía del exterior, sino de la distancia creciente entre Jisung y Minho. A pesar de sus intentos por mantener la normalidad, Minho no podía ocultar los estragos de su enfermedad, y Jisung comenzaba a notar los cambios que no podía explicar.
Jisung se sentía herido y confundido. Minho, que antes era un faro de alegría y energía, ahora parecía retraído y distante. Las conversaciones que solían fluir con facilidad ahora estaban llenas de silencios incómodos, y las salidas que antes disfrutaban juntos se volvieron esporádicas y tensas. Jisung sabía que algo no estaba bien, pero no podía entender qué estaba causando el cambio en su novio.
Una noche, incapaz de soportar más la incertidumbre, Jisung decidió confrontar a Minho. Se encontraron en el parque donde tantas veces habían paseado juntos, el aire frío y cortante, reflejando el ambiente tenso entre ellos. Minho estaba sentado en un banco, su mirada perdida en la distancia.
-Minho, tenemos que hablar. -dijo Jisung, su voz temblando tanto por el frío como por la emoción contenida.
Minho levantó la vista, una sombra de cansancio en sus ojos.
-¿Qué pasa, Jisung? -preguntó, aunque en el fondo sabía que este momento llegaría.
-Siento que te estás distanciando de mí, y no entiendo por qué. -dijo Jisung, su voz cargada de dolor-. Quiero ayudarte, pero no sé cómo si no me dices qué está pasando.
Minho sintió que su corazón se rompía un poco más. No quería mentirle a Jisung, pero tampoco quería cargarlo con la verdad devastadora. Respiró hondo, buscando las palabras correctas.
-No es culpa tuya, Ji. -comenzó Minho, tratando de sonar convincente-. Solo necesito un poco de tiempo para mí. Es... es mucho estrés y necesito espacio para aclarar mis pensamientos.
Jisung frunció el ceño, sintiendo que algo no cuadraba, pero decidió no presionar más. Su amor por Minho era profundo y sincero, y si Minho necesitaba espacio, estaba dispuesto a dárselo.
-Está bien, Minho. -dijo Jisung, su voz suave pero firme-. Te daré el espacio que necesitas. Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti, sin importar lo que pase.
Minho asintió, sintiendo una mezcla de alivio y culpa. Odiaba tener que mentirle a Jisung, pero creía que estaba haciendo lo correcto para protegerlo del dolor que la verdad inevitablemente traería.
Con el corazón pesado, Jisung se alejó, dejando a Minho solo en el banco del parque. Cada paso se sentía como una eternidad, y la nieve crujía bajo sus pies, reflejando el peso de la decisión que había tomado. Amaba a Minho con todo su ser, y la idea de estar separado de él era casi insoportable. Sin embargo, su amor también le enseñó a respetar el espacio y las necesidades del otro.
Durante las semanas siguientes, Jisung trató de mantenerse ocupado, esperando pacientemente que Minho encontrara el tiempo y la claridad que necesitaba. Se sumergió en sus estudios, pasó tiempo con amigos y encontró consuelo en las pequeñas cosas que solían hacer juntos.
A pesar de su dolor, se aferraba a la esperanza de que su amor sería suficiente para superar cualquier obstáculo.
Por su parte, Minho luchaba contra la enfermedad que amenazaba con consumirlo. Cada día se volvía más difícil ocultar su dolor, pero se mantenía firme en su decisión de proteger a Jisung. La culpa y el miedo lo acompañaban constantemente, pero la idea de ver a Jisung sufrir era una carga que no podía soportar.
A medida que el tiempo pasaba, la distancia entre ellos se volvía más palpable, pero también más soportable. Ambos se aferraban a los recuerdos de los momentos felices que compartieron, esperando que esos recuerdos fueran suficientes para mantener viva la llama de su amor.
Sin embargo, la verdadera naturaleza del amor se revela en los momentos de mayor dificultad. Mientras Jisung luchaba por mantener la esperanza, Minho se enfrentaba a su batalla más dura. Ambos aprendieron que el amor no siempre es suficiente para curar todas las heridas, pero es lo que les da la fuerza para seguir adelante.
Así, en el frío invierno de su separación, Jisung y Minho descubrieron la verdadera naturaleza del amor: un amor que no solo abraza en los momentos de alegría, sino que también se mantiene firme en los momentos de dolor y distancia, esperando pacientemente la oportunidad de sanar y florecer una vez más.
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