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"¿Cómo puedo explicarte? ¿Cómo te lo digo si las palabras no me salen?" 


—Nota anónima. (1).



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Sakusa se mira en el espejo frente a él, tiene el rostro un poco más pálido de lo normal, siente el estómago ligeramente revuelto. Detrás de sí, dedicándole una sonrisa, está Komori, vestido de traje como él. Este se acerca y le pone una mano en el hombro.


—"Vamos, es hora."


Sakusa despierta por el sonido insistente de su alarma. Arruga el ceño primeramente, antes de suavizarlo y sentarse en su cama para apagar la alarma. Se restriega los ojos con las manos y mira a su habitación en la oscuridad. Completamente soledad.


«¿Que estaba soñando?»


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Mikki y Sadashi son amigas. De hecho, muy buenas amigas.


Mikki era una cerebrito. Era "el cerebro" en las "operaciones" que ejecutaba Sadashi y no, con "operaciones" no era nada formal, con eso se referían a las escapadas a media noche después del toque de queda, de las conspiraciones contra Kiyoomi y de salidas de último minuto en plan "la vida es una sola, hay que disfrutarla" y Sadashi era lo suficientemente espontánea para sentirse fascinada y atraída por ese tipo de planes.


Al agregarse Mikki al grupo, Motoya se le veía más felíz, aunque a veces eso significaba ser fastidiado por una pelirroja y una Castaña, parecían amar sacarle de quicio. Por otro lado, Sadashi también reía más.


El jamás lo admitiría, pero secretamente, le gustaba todo esto —obvio que no las bromas a su persona pero—, los planes improvisados, momentos de calidad y risas hicieron darle un brillo irrepetible a sus estudios en la academia.


La vida, simplemente, brillaba más ahora y Sakusa se sorprendió a si mismo disfrutando de eso.



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Cuando por fin llegó a la sala donde se tocaría los detalles finales de la misión que iba a comenzar esa misma día en un par de horas, pudo ver a las personas que estarían. Solo serían 25 los que iban a asistir, entre ellos pudo ver a Bokuto, quien dirigía está misión, junto a a él, su mano derecha; Akaashi.


—"Omi-omi, por fin llegaste."— acercándose a él con una sonrisa lobuna, Miya Atsumu.


—"Vamos a comenzar"— anuncio la calmada pero firme voz de Akaashi para que los presentes en la sala se agruparán alrededor de la mesa que tenía una simulación del campo en que iban a estar.


25 agentes, la misión consistía en detener una rebelión que se estaba alzando mucho y que hace poco habían asaltado una fábrica de explosivos llevándose con ellos cierta carga, pero por la forma en que se movían no parecían ser expertos en lo que hacían, a parte tenían su sede en la cordillera Aomori. Partirían en dos horas y volverían tan pronto como detuvieran a todos los rebeldes y desinstalaran todo. Una vez acabada la charla, Akaashi dijo que prepararán sus cosas, puesto que el clima ahí sería tedioso y probablemente hayan ligeras complicaciones y les dejo ir, pero algunas personas se quedaron en la sala a hablar con otro compañeros, Kiyoomi estaba por irse cuando un brazo por sobre sus hombros ledetuvo.

Resentimiento - Sakusa Kiyoomi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora