Los chicos en el autobús reían, era la primera vez que irían a la playa en excursión ,y aún que el clima no les favorecía, estaban más que emocionados
—¿Le dirás? -pronuncio Momo algo triste
— Si. Bueno.... Quiero que sea especial, ya sabes, algo único, pero siempre está con su amigo
— Si quieres, te puedo ayudar en eso -estaba más que claro, a Momo no le agradaba la idea, incluso cuando lo pronunció, su garganta ardió y sus ojos comenzaron a doler
Cualquier podía decir que porque seguía ahí, junto a el, incluso ella en varios momentos se lo preguntaba, pero, el la quería a su manera, tal vez jugando pesado, gritándole que era una tonta, o tal vez platicando de cualquier cosa, ella siempre quiso atención desde pequeña, y con Minho lo tenía, tenía aquella atención que le faltaba, de vez en cuando regalos, ella nunca tuvo que carecer de cariño, porque Minho a su frío modo se lo daba.
— Vamos Seungmin ¡¡Compremos pulseritas!! -grito emocionado Félix al bajar del autobús
Habían bajado a comprar recuerdos y aquellas rocas, las cuales decían que si hacías una pirámide con ellas y no caía, se te concedía un deseo, también algunos las utilizaban como símbolo de amor, pues al momento de romperla con tu pareja, el pedazo más grande significaba que aquella persona quería más a la otra
Y hay teníamos a un Minho enamoradizo, comprando aquella roca. Momo simplemente se quedó mirando, mientras que una chica le hablaba, la ignoró y miro como Minho con gran entusiasmo pagaba la roca
— Dame eso. -dijo algo enojada, rompiendo la roca de la chica, llendo a la sima de una gran roca, dónde se encontraban unas cuantas pirámides de rocas chicas, se inco y junto sus manos junto al pedazo de roca- Por favor, te lo suplico, haz que mi deseo se haga realidad [Por favor, por favor, has que Minho me mire como una mujer, más que una amiga, por favor] ...
Ella no creía en ese tipo de cosas, le parecían estúpidas, pero, cuando vio a Minho tan emocionado por una simple roca, tenía que intentarlo
Abrió despacio los ojos, mirando el mar, acto seguido, tomo unas cuantas rocas y comenzó a armar una pirámide, era inestable, no sabía cómo a otras personas si les había quedado, y a ella no, hasta que llegó al cuarto intento, por dentro rezaba para que no se cayera su pirámide, y así fue, por fin se había estabilizado.
Hasta que ella se fue, su pirámide callo
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.