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— ¿Cuantas citas tengo esta tarde? -pregunto desde atrás, mirando por la ventana la gran ciudad

— Tiene tres, y una programada para la noche. ¿Gusta que nos dirijamos a la primera? -pregunto su chófer y ahora, secretario.

— No, cancela todas las citas, y llévame al aeropuerto, necesito recoger a alguien.

— Si señor.

Tres años habían pasado, y con ello Minho había tomado el mando de algunas empresas de su padre, en un principio no estuvo de acuerdo, pero como único hijo varón, tenía la responsabilidad y obligación de hacerlo.

Por otra parte, Seungmin había iniciado una nueva vida en Mónaco, se había topado unas cuantas veces a Momo, la cuál simplemente lo saludaba, Seungmin había comenzado a ir a terapia, y con ello, su obsesión por comer mariposas había terminado, le fue un poco difícil al principio, pues en su residencia había muchas plantas y árboles, en dónde abundaban muchas mariposas, simplemente un dia Seungmin las dejo de ver como una presa, para comenzar a admirar su propia naturaleza y belleza.

Minho llegó al aeropuerto, con una sonrisa en su rostro, y con un ramo de flores, comenzó a buscar a quien tanto había extrañado, su amiga.

La cuál, recién iba bajando de su avión, no esperaba ver a Minho ahí, después de todo, ella para el no era nada, y más cuando Minho se encontraba más que ocupado

Minho comenzó a buscarla en cada puerta que había, habían ya pasado 20 minutos y ella no salía, hasta que la vio a lo lejos

Momo no lo esperaba, no esperaba a nadie, ni siquiera a su propia familia.

— ¡Momo! -hablo alegremente acercándose a ella para tomar sus maletas y darle el ramo- ¿Por qué no llamaste en todo este tiempo?

— Minho... No te preocupes yo las puedo llevar -dijo refiriéndose a sus maletas, las cuales Minho le arrebato

— ¿Te siguen gustando las flores, verdad?

— Si, pero no era necesario. Minho, llevo un poco de prisa, necesito llegar a mi casa, una disculpa. -intento tomar sus maletas, pero Minho se apartaba con ellas

— No te he visto en tres años, yo te llevo, tengo tiempo libre el día de hoy, anda vamos

Momo no estaba segura, ya hace unos años que se había propuesto no volver a sentir algo por el, pero su conducta no ayudaba mucho, en Mónaco había tenido novios que incluso la mimaban a tal grado de hartar, pero ninguno era igual a el, ninguno se comparaba al cariño y cuidado que Minho le tenía.

Ya en casa de la joven, nadie la esperaba, algo que la hizo enojar, ¿Quien olvida el regreso de su hija que se marchó hace años?

— Deben de estar trabajando, ¿Quieres ir a comer?  -preguntó Minho sintiendo un poco de pena por ella

— No. Te puedes ir Minho.

— No me voy a ir. ¿Por qué no quieres hablar conmigo? -pregunto algo molesto

— Minho... No quiero discutir, estoy cansada, necesito descansar, es solo eso...

Minho suspiro, y antes de irse la amenazo con volver por la noche, aún era temprano, por lo cual estaba pensando en tener aquellas citas de negocio que tenía

— Señor.

— Dime -solto sin mirar, pues en sus manos se encontraba su tableta la cuál tenía los gráficos de producción de una de las empresas

— Hoy también llega otra persona.

— No tengo tiempo, Ryujin puede volver a casa sola. -solto indiferente, pues su hermana regresaba a casa después de un campeonato en Tokio

— Kim Seung-Min vuelve hoy señor.

Minho no respondió, y jugueteando con su lápiz táctil, levantando por fin su mirada

— Llévame a casa.

Habían pasado tantos años sin verlo, tan solo pensar en el lo hacía tener ansiedad, ¿Que lo diría? ¿Estaría mal reclamarle por haberse ido? ¿Cómo sería el ahora? ¿Lo reconocería?

Todo tipo de preguntas y situaciones ficticias inundaron su cabeza, sin darse cuenta que ya habían llegado, bajo de la camioneta y se dirigió a dentro, pero fue pausado por su padre, quien estaba cortando unas cuantas flores

— ¿Por qué cancelaste las citas? Ya no eres un niño Minho.

— Fui al aeropuerto por Momo.

— Esa muchacha... ¿Tiene algún novio? Estaría bien unir a las familias, su familia tiene muy buenas empresas, están a la altura. -finalizo el señor, mirando como Minho se mordía el labio para evitar hablar- Responde.

— ... Si, estaría bien.

Su padre le sonrió, dejandolo ir.

Por otro lado, Seungmin estaba llegando al aeropuerto, su madre ya lo estaba esperando, pues habían cambiado de casa, ahora era un departamento en la ciudad, a Seungmin antes no le agradaba ese tipo de casas, pero al parecer ahora le daba igual

— Hola pequeño -dijo dulcemente al reencontrarse con su hijo, el cual corrió a abrazarla

— Hola mamá ¿Nos vamos? -su madre lo miro con nostalgia, accediendo, anteriormente cuando Seungmin había tomado su vuelo, tenía una mirada triste, estaba tan apagado, pero ahora que había regresado, se veía feliz, con mucha diferencia a hace unos años

Momo continúo peinando su cabello, pasando el peine con delicadeza, hasta que escucho por la ventana unas piedras chocar tras esta, era Minho.

Ella no se quería hacer ilusiones, sabía que Seungmin había llegado, y que pronto aquellos actos de Minho terminarían.

𝘔𝘢𝘳𝘪𝘱𝘰𝘴𝘢𝘴 ✩ 𝐊𝐧𝐨𝐰𝐌𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora