𝘔𝘢𝘳𝘪𝘱𝘰𝘴𝘢𝘴 ✩ 𝐊𝐧𝐨𝐰𝐌𝐢𝐧

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Habían pasado unas cuantas semanas y Minho junto con su amiga se habían metido a trabajar en una cafetería cerca de la universidad

El trabajo era algo pesado, pero al menos Lee podía ver pasar a Seungmin por las tardes, aparte, la cafetería era de gatitos, todos aman a los gatitos, incluso Lee

— ¡¡Maldita sea!! -grito Félix, un poco frustrado, Seungmin simplemente lo miro, y Félix comenzó a gritar- Abrieron una nueva cafetería, ¡Otra! ¿Sabes lo que significa eso?

— Nop, pero, oí que es de gatitos, ¿Cómo se les llama a ese tipo de lugares? ¿Cat café? ¿Café cat?

— ... Pero tal vez sus cafés son feos, han de estar todos líquidos sin sabor. -Felix un poco molesto se acerco a Seungmin, tomándolo del brazo- ¿Quieres ir a tomar un café?

Seungmin negó con la cabeza, pero era más que obvio que su amigo lo arrastraría simplemente para probar los cafés y ver el lugar

Por otro lado, Lee había estado intentando abrir el casillero de Seungmin, pero sin tener éxito gracias al candado especial que había colocado Seungmin, lo único que había obtenido habían sido quemaduras en su mano

— No puede ser Minho, es la tercera vez en esta semana que lo intentas. -hablo Momo, quien se encontraba curando las heridas de su amigo- recuerda que hoy tenemos el turno de la tarde en la cafetería, no te vayas a escapar.

Eran las cuatro de la tarde, casi dando a las cinco, Minho se había olvidado de mirar por la ventana a las dos de la tarde con veinticuatro minutos, hoy no miro a Seungmin por ninguna parte, su corazón dolió un poco, y está vez no era por sus problemas en el corazón, no, está vez, era por Kim Seungmin

— ¿Puedes atender a las chicas de la mesa 7? Yo prepararé unos frappés. -finalizo su compañero de turno

Minho se dirigió hacía la mesa, eran dos chicas, una se le hacía conocida, pues era una que lo había estado hostigando desde que entró a trabajar, no tenía problema en ello, pero era fastidioso

— Hola chicas... ¿Ahora que van a ordenar? -hablo lo más cordial que pudo, pero su cara era una cosa aparte

— Hola Min, yo voy a pedir una rebanada de pastel de fresa, pero si tienes aún sandwich de crema con fresa, sería fabuloso, y de tomar... Ummh, yo creo que una malteada de fresa

Lee apunto bien lo que ordenaban, dejando de lado que aquella chica le coqueteaba, termino de anotar y fue por unas cosas para limpiar una de las mesas que recién se había desocupado

— Vamos Seungmiiiin, se que quieres entrar -dijo Félix, arrastrando prácticamente a Kim hasta la cafetería- ¡Buenas tardes!

Lee ya se estaba retirando de limpiar, hasta que escucho esa tan peculiar voz, su instinto lo hizo voltear de inmediato, mirando a aquellos dos parados en la puerta

— Seungmin...

— Hola -dijo casi murmurando

¿Seungmin lo recordaba de la fiesta?
Su plan había funcionado.

Su amiga los miraba desde la caja, hasta ella podía sentir el nerviosismo de Minho

— Maldito niñato...

Momo y Lee se habían conocido desde pequeños, habían pasado mayor parte de sus vidas uno con el otro, sus sentimientos se hicieron presentes cuando entraron a la secundaria, pero no eran correspondidos.

Lee se había encargado de demostrarle que era más que gay, aún si sus padres lo obligarán a tener relaciones con chicas

“Yo nunca voy a tener algo con ninguna chica, mucho menos contigo.”

Esas palabras la hirieron, pero debía aceptar su destino, sabía que se tenía que alejar de el, pero no lo hizo, se siguió lastimando, mirando como Minho salía con chicas aún más tontas que ella

¿Porque con ella no? ¿Era fea? ¿Porque con ella no y con las otras tontas si?

Aquellas chicas eran feas, ella era linda, podía cuidar de el, lo escuchaba, ¡Incluso podía cocinar para el! Podía morir por el...