Visita Nocturna

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Esa misma noche, mientras la residencia de los Jiang dormía, una figura sigilosa se acercaba a los terrenos de la secta. Lan Xichen, impulsado por una mezcla de culpa y esperanza, había decidido visitar a Jiang Cheng sin que nadie lo supiera. Sabía que su presencia podría causar revuelo, pero estaba decidido a ver a Jiang Cheng y asegurarse de que estuviera bien.

Lan Xichen se movió con cuidado por los pasillos, impidiendo ser visto. Al llegar a la puerta de la habitación de Jiang Cheng, se detuvo un momento, tomando una respiración profunda antes de abrirla lentamente. Dentro, Jiang Cheng dormía pacíficamente, su rostro iluminado por la tenue luz de la luna que se filtraba por la ventana.

Lan Xichen: (susurrando) Jiang Cheng...

Se acercó a la cama y se arrodilló a su lado, observando el rostro tranquilo del joven líder. No pudo evitar sentirse responsable por el dolor que Jiang Cheng había soportado. Mientras estaba allí, susurró una disculpa sincera.

Lan Xichen: Lo siento tanto, Jiang Cheng. Nunca quise que sufrieras de esta manera.

De repente, Jiang Cheng comenzó a actuar inquieto. Lan Xichen, preocupado, intentó calmarlo, pero entonces vio cómo Jiang Cheng comenzaba a toser violentamente. Antes de que pudiera hacer algo, Jiang Cheng vomitó nuevamente, expulsando lo que parecían ser pequeñas semillas y restos de flores.

Lan Xichen observar asombrado, dándose cuenta de lo que esto significaba. La enfermedad de Hanahaki estaba siendo expulsada del cuerpo de Jiang Cheng, y con ello, la confirmación de que los sentimientos de amor entre ellos eran mutuos. Jiang Cheng, todavía débil, abrió los ojos lentamente y vio a Lan Xichen a su lado.

Jiang Cheng: ¿Xichen...? ¿Qué estás haciendo aquí?

Lan Xichen: Tenía que verte. Quería asegurarme de que estabas bien. Y, parece que lo estás.

Jiang Cheng se dio cuenta de lo que había sucedido y se sintió débilmente.

Jiang Cheng: Creo que esto significa que ya no hay nada que temer. La enfermedad se ha ido.

Lan Xichen: Sí, parece que sí. Jiang Cheng, lo siento por todo. Nunca quise causarte dolor.

Jiang Cheng asintió, entendiendo la sinceridad en las palabras de Lan Xichen.

Jiang Cheng: Lo sé, Xichen. Y gracias por estar aquí. Significa mucho para mí.

Lan Xichen tomó la mano de Jiang Cheng, y en ese momento, ambos sintieron que un nuevo comienzo era posible. La carga de la enfermedad había sido levantada, y con ella, la esperanza de un futuro juntos, sin dolor ni remordimientos.

La mañana siguiente, cuando Jiang Yanli y Wei Wuxian entraron a la habitación, encontraron a Jiang Cheng despierto y con una nueva luz en sus ojos. Lan Xichen se había ido antes del amanecer, dejándolo descansar y recuperarse.

Jiang Yanli: A-Cheng, te ves mucho mejor hoy.

Jiang Cheng: Sí, Shijie. Me siento diferente, como si un gran peso hubiera sido levantado.

Wei Wuxian: Parece que la operación fue realmente exitosa. Estamos muy contentos de verte así.

Jiang Cheng se mostró sorprendido, sabiendo que no solo había recuperado su salud, sino también la certeza de que el amor verdadero podía superar cualquier obstáculo.

Y así, con el apoyo de su familia y amigos, Jiang Cheng, estaba listo para enfrentar el futuro con una nueva esperanza y fortaleza.

HANAHAKI (XICHENG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora