Celos a Flor de Piel

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El día después de la cacería nocturna en Qinghe Nie, la atmósfera en la secta estaba llena de energía renovada. Jiang Cheng y Lan Xichen, aunque cansados, se sentían revitalizados por la exitosa cacería y la camaradería compartida con otros cultivadores. Sin embargo, los acontecimientos del día anterior dejaron a Lan Xichen con una inquietud latente, provocada por los numerosos intentos de los discípulos de acercarse demasiado a Jiang Cheng.

Después del desayuno, Nie Huaisang invitó a los invitados a un recorrido por los terrenos de la secta. Los discípulos se unieron a la excursión, algunos de ellos todavía fascinados por la presencia de Jiang Cheng.

Nie Huaisang: Espero que todos hayan descansado bien. Hoy exploraremos algunos de los lugares más importantes de la secta. Estoy seguro de que encontrarán interesante lo que tenemos para mostrarles.

Mientras el grupo caminaba por los hermosos jardines de la secta Nie, varios discípulos intentaron nuevamente acercarse a Jiang Cheng.

Discípulo 1: Jiang-zongzhu, ¿puedo acompañarlo durante el recorrido? Me gustaría aprender más sobre sus técnicas.

Jiang Cheng, siempre cortés, asintió, pero antes de que el discípulo pudiera seguir caminando a su lado, Lan Xichen intervino.

Lan Xichen: Lo siento, pero Jiang-zongzhu y yo tenemos asuntos de los que discutir. Será mejor que lo acompañes otro día.

Discípulo 1: Oh... entiendo, Zewu-jun.

Lan Xichen mantuvo su mano firmemente en el hombro de Jiang Cheng mientras continuaban el recorrido. Aunque Jiang Cheng se sentía agradecido por la protección de Lan Xichen, también notaba la creciente tensión en su compañero.

Más adelante, otro discípulo del clan Nie, más audaz, se acercó con una sonrisa amigable.

Discípulo 2: Jiang-zongzhu, escuché que es experto en el manejo del látigo Zidian. ¿Podría darme algunos consejos? Me encantaría mejorar mis habilidades bajo su guía.

Jiang Cheng: Claro, podría darte algunos consejos más tarde.

Lan Xichen: Lamentablemente, Jiang-zongzhu está ocupado ahora. Estoy seguro de que entenderás.

Discípulo 2: Por supuesto, Zewu-jun.

A medida que el día avanzaba, los intentos de los discípulos de acercarse a Jiang Cheng no cesaban. En cada ocasión, Lan Xichen estaba allí para interceptar cualquier avance, su expresión cada vez más severa y sus respuestas más cortantes.

Durante el almuerzo, la situación alcanzó un punto crítico. Los cultivadores se sentaron en grandes mesas dispuestas en el comedor principal, disfrutando de una variedad de platos deliciosos. Jiang Cheng y Lan Xichen compartían una mesa con otros líderes de sectas y algunos discípulos del clan Nie.

Discípulo 3: Jiang-zongzhu, he estado practicando con mi espada, pero no logro alcanzar el nivel de precisión que usted tiene. ¿Podría mostrarme algunos movimientos después de la comida?

Lan Xichen, quien había estado escuchando pacientemente, no pudo contenerse más. Su voz, habitualmente calmada, adquirió un tono de advertencia.

Lan Xichen: Ya basta. Jiang-zongzhu no está aquí para ser acosado constantemente. Respeten su espacio y su tiempo.

Los discípulos, sorprendidos por la reacción de Lan Xichen, retrocedieron, murmurando disculpas. Jiang Cheng miró a Lan Xichen con una mezcla de gratitud y preocupación.

Jiang Cheng: Xichen, agradezco tu protección, pero no necesitas ser tan severo.

Lan Xichen: Lo siento, A-Cheng. No puedo soportar ver cómo intentan aprovecharse de tu amabilidad. Solo quiero protegerte.

Jiang Cheng: Lo sé, y lo aprecio. Pero debemos encontrar un equilibrio. No quiero que te preocupes tanto.

Lan Xichen: Haré lo posible por controlar mis celos, pero no puedo evitarlo cuando se trata de ti.

Jiang Cheng sonrió suavemente, tocando la mano de Lan Xichen para calmarlo.

Jiang Cheng: Entiendo. Vamos a disfrutar de la comida y relajarnos un poco.

Esa tarde, los cultivadores se dirigieron a los campos de entrenamiento para una demostración de habilidades. Los discípulos de la secta Nie mostraron sus técnicas, mientras que los líderes de sectas observaban y ofrecían consejos. Jiang Cheng decidió participar, demostrando el manejo del Zidian y su destreza con la espada.

Mientras Jiang Cheng realizaba su demostración, Lan Xichen se mantuvo cerca, observando atentamente. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que otro discípulo intentara llamar la atención de Jiang Cheng, esta vez con un intento más descarado.

Discípulo 4: Jiang-zongzhu, su habilidad es impresionante. Tal vez podríamos practicar juntos más tarde. Podría aprender mucho de usted.

Jiang Cheng: Agradezco tu interés, pero ya tengo compromisos.

Discípulo 4: ¿Estás seguro? Podría ser divertido.

Antes de que Jiang Cheng pudiera responder, Lan Xichen avanzó, su mirada helada clavándose en el discípulo.

Lan Xichen: Jiang-zongzhu ya ha dicho que tiene compromisos. No insistas.

Discípulo 4: Lo siento, Zewu-jun. No quería ser irrespetuoso.

Lan Xichen: Asegúrate de que no vuelva a suceder.

Jiang Cheng terminó su demostración, regresando al lado de Lan Xichen, quien aún estaba tenso.

Jiang Cheng: Xichen, realmente necesitas relajarte. Estoy bien.

Lan Xichen: Lo intentaré. Es solo que... verte rodeado de personas que no respetan tus límites me pone en guardia.

Jiang Cheng: Lo entiendo, pero confía en mí. Puedo manejarlo.

Lan Xichen asintió, tomando una respiración profunda para calmarse.

Esa noche, después de un día agotador, Jiang Cheng y Lan Xichen se retiraron a sus aposentos. Jiang Cheng, sintiendo el agotamiento del día, se recostó en la cama, mientras Lan Xichen lo observaba en silencio.

Jiang Cheng: Xichen, sé que tus celos vienen del amor y la preocupación que sientes por mí. Pero debemos aprender a manejarlo juntos.

Lan Xichen: Lo sé, A-Cheng. Haré todo lo posible para no dejar que mis celos interfieran. Solo quiero que estés seguro y feliz.

Jiang Cheng: Y lo estoy, especialmente cuando estás a mi lado. Vamos a descansar. Mañana será otro día.

Lan Xichen se recostó junto a Jiang Cheng, abrazándolo con ternura. A pesar de los desafíos del día, sabían que su amor y comprensión mutua los ayudarían a superar cualquier obstáculo. Mientras se sumían en el sueño, Lan Xichen prometió trabajar en sus celos, decidido a proteger a Jiang Cheng sin sofocarlo, y Jiang Cheng, a su vez, prometió ser paciente y comprensivo con los sentimientos de su amado.


HANAHAKI (XICHENG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora