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El primer mes de clases tenía a Sophie vuelta un ocho. Le iba muy mal en inglés
y pensaba que suspendería el próximo examen.Sus días en el colegio ya tenían una rutina:

Llegaba saludando sus amigas, veía a Hailee con su novio besuquearse toda la mañana, y agarraba el mal humor. Sus amigas la hacían reír y por un momento lo olvidaba, volvía a ver a la parejita besándose en la tarde y el enojo aumentaba.

Finalmente terminaba o en la biblioteca, o mirando a Taylor entrenar. Casualmente, estas eran la cosas que ocurrían exactamente todos los días, lo que menos disfrutaba era el besuqueo de idiotas, pero creyó que ya debería de haberse acostumbrado.

Llevaba días viéndolos hacer lo mismo e ir agarrados de la mano, aun no comprendía por qué seguía molestándole. Ya debería de haberlo superado, pero cada vez que los veía, sentía unas terribles ganas de golpear a Liam en el rostro.

Decidió ignorarlo, no era su problema. En estos momentos se encontraba mirando a Taylor entrenar mientras estudiaba Biología, pero en verdad no estaba del todo concentrada. ¿Cómo podría? Si Hailee lucía deslumbrante, dando vueltas en el aire y alzando los pompones, era increíble cómo en tan solo un mes el equipo había mejorado tanto.

Hailee Steinfeld. Aquel era un nombre que seguramente la atormentaría, los dos años que quedaban de escuela. La observaba, su piel era hermosa, su cabello brillaba y su sonrisa le alegraba el día.

Sin quererlo, el pulso de la ojimarron se disparó. Era un fastidio cuando le sucedía. Desde el primer año que le ocurría aquello, pero parecía que cada día empeoraba más y más ¿Por qué? ¿Que tiene ella que me haga sentirme así?, se preguntó pero no quiso responder con miedo a la respuesta, era absolutamente imposible.

Suerte que era el último día de la semana y no tendría que verla durante dos días,
aunque sabía que era una mentira, ya que Sophie se sentiría ansiosa todos los lunes sabiendo que la iba a volver a ver.

Después de un rato, el grupo de chicas se fueron hasta los vestidores, Hailee lucia
muy atractiva con las mejillas rojas y el cabello sudado revuelto. Esperó a Taylor, ellas habían acordado con las chicas que al terminar el entrenamiento, irían a la pizzería cerca del instituto.

-¿A quién esperas?- Preguntó la voz de Taylor a su espalda y la chica de los ojos esmeralda soltó una risa.

-A una amiga no más atractiva que yo- Le dio una sonrisa y Taylor hizo una mueca.

-Yo soy más atractiva que tú- Dijo ofreciéndole la mano, para ayudarla a levantarse. Mientras conversaban y salían del campo, observó como Taylor quedó distraída, mirando a Enzo.

Dios, esta chica sí que babeaba por él. Sólo esperaba que fuera atracción física, ya que si era algo más fuerte sabía que su amiga sufriría, y no quería que ella sintiera dolor.

Bajaron varias cuadras y al llegar a la pizzería vieron que en el aparcamiento habían varios coches, hubo un convertible azul que se le hizo muy familiar, pero igual entró con su amiga.

El local tenía una pinta exacta a las cafeterías de los años setenta, fueron a las mesas rojas mientras sus amigas le hacían señas para que se sentaran.

-iSophie, aquí!- Gritó Olivia y ella le sonrió, tomaron asiento y Sophie quedó junto a Lisa.

Taylor estaba al lado de Olivia y las cuatro comenzaron a hablar. Lisa bebía y Sophie no dudó en robarle unos cuantos sorbos.

-¿Cómo fue la práctica?- Preguntó Lisa, un poco interesada en el tema.

-Bien, bien ¿Por que?- Preguntó Taylor, cruzándose de brazos, y observando a su
amiga de forma acusadora.

Rivales // Hailee SteinfeldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora