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Ese fin de semana fue gratamente increíble. Después de esperar casi tres meses, al fin había llegado el sábado en el que era el concierto de BLACKPINK.

Fue difícil convencer a sus padres pero, al final, las chicas ahorraron y fueron juntas al concierto. Fue una noche emocionante, en la cual fueron acompañadas de la mamá de Lily, pero eso no importó.

Cantaban las canciones juntas y aunque Olivia no supiera ninguna, igual la pasó increíble cuando lanaron el confeti de color rosa.

Después durmieron en casa de Lily, hasta el domingo, y fue la mejor pijamada del mundo. Habían visto en la tarde una película y los padres de Lily fueron muy agradabls e incluso graciosos.

Ahora, ya era lunes por la tarde y los exámenes del semestre estaban a la vuelta de la esquina. Sophie iba con paso alegre a la biblioteca con su nuevo suéter negro, que llevaba el símbolo en color rosa del grupo estampado en el, que habían regalado en el concierto.

Ella realmente no era muy glamorosa a la hora de vestirse pero con ese suéter, en especial, le encantaba y le parecía muy cómodo. Esperaba encontrarse con la pelicastaña al llegar y así fue.

Al abrir la puerta de la biblioteca inmediatamente captó el rostro de Hailee alzando los ojos, como si esperara a alguien. Cuando los ojos chocolates se posaron en ella, tardó un segundo mirándola, y volvió su atención al libro.

Obviamente si Hailee estaba esperando a alguien no era a Sophie. Se sintió como una gran idota al descubrir que se encontraba decepcionada.

Durante estos dos meses había logrado formar varias conversaciones con Hailee, aunque siempre terminaban peleándose y duraban mínimo tres días sin dirigirse la palbra, cuando estaban en la biblioteca, que era lo más común. Aunque sus coversaciones fueran poco significativas, o principalmente por los estudios, a Sophie le daba la oportunidad de escuchar su vo e incluso conocerla más a fondo.

Se había enterado, por un vago comentario de la pelicastaña, que su plato favorito son las hamburguesas de queso y le gusta ver películas de comedia romántica.

Se sentía ridícula ya que, aún después de varias semanas de aquella conversación, ella aún recordara esos detalles y que tambiém le hiciesen sentir bien.

Durante todo este tiempo también había aprendio algunas expresiones faciales de Hailee, cuando ellas estaban estudiando y ni se hablaban. Mordía el lápiz al concentrarse, arrugaba la nariz al estar disgustada o que comenzaba a morder sus dedos cuando claramente estaba abrurrrida.

"Idiota, odiota" se decí a ella misma mientras se sentaba en su mesa de siempre. Parecía una acosadora cuando ni siquiera eran amigas.

La observó un rato, esta vez sin disimular mucho, y después frunció el ceño, enojada con ella.

¿Por qué la hacía sentirse así? Ya lo tenía claro, detestaba a l niñas mimadas como ella, con todo su ser y todo por Hailee, que parecía no terminar de salir de su cabeza.

Extrañamente Hailee levantó el rostro y con cierto cuidado observó a Sophie, sus ojos se encontraron y Sophie permaneció (o al menos intentó aparentar) tranquila, como si estuviera mirando hacia el paisaje al otro lado de la ventana que había detrás de la castaña.

Sophie intentó alzar una ceja aparentando que se extrañaba que la mirada de la pelicastaña, cuando hace poco ella también la había estado observando dándole a entender que no entendía por qué Hailee la miraba con tanta insistencia y la pelicastaña apartó la mirada.

Volvió el rotro hacia abajo y el cabello le cubrió la cara mientras ella leía su libro.

Por un momento, Sophie sintió una gran emoción invadirle por completo e incluso permaneció en ella después de haberse marchado de la biblioteca.

Rivales // Hailee SteinfeldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora