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El primer día habían hecho muchas actividades: aprendieron a hacer fogatas,
manualidades, pescar e hicieron un círculo alrededor de una fogata.

Sophie había pasado todo el día con Hailee, para la alegría de ella, ya que le habían colocado en su grupo de expedición, junto con Mina, otra vez.

Así que mientras las tres andaban por el
sendero, estaban dando una caminata con el resto del grupo, podía observarla todo el tiempo que quisiera. Mina charlaba con ella, pero Sophie no le prestaba la gran atención, y cada vez que Mina parecía querer tocar a Sophie, la casi rubia llamaba a la chica para que fuera adelante con ella.

Sophie pensaba que era debido a que Hailee no quería estar con ella, eso la deprimió, pero volvió a estar feliz cuando tuvieron que agarrarse de la mano, para cruzar el río sin caerse. La mano de Hailee era cálida y su piel extremadamente suave, sintió un choque eléctrico recorrerle todo el cuerpo cuando la tomó, fue una lástima que tuvieran que soltarse al llegar a la orilla.

-Me duelen los pies- Dijo Mina al rato, los otros grupos estaban unos pasos más adelante.

Sophie había notado las miradas desaprobadoras de sus amigas, cada vez
que la pillaban mirando a Hailee. Había intentado evadirlas cuando tuvieron que cruzar el río, ya que sospechaba que más tarde la reñirían por mostrarse como una boba al agarrar la mano de Hailee.

-Podría cargarte- Ofreció Sophie y por un momento la casi rubia delante de ellas les prestó atención, ladeando la cabeza para escuchar mejor. Mina sonrió a la ojimarron -Pero ya que a mí también me duelen las piernas, no lo haré-.

-¡Oh, vamos!- Dijo dándole un golpecito
juguetón en el hombro, Hailee bufó.

-Dejen de hacer el tonto. El grupo nos está dejando atrás, fenómeno- Dijo y se fue unos pasos lejos de ellas, avanzando, y las dos chicas se apresuraron a alcanzarla.

Al llegara la cascada todos quedaron
impresionados, caía sobre unas rocas enormes y el agua parecía transparente. El profesor pidió a los estudiantes no perderse entre el bosque y que nadaran con precaución.

Sophie recordó haber visto el bañador blanco de Hailee, por debajo de su camiseta negra. El corazón se le aceleró, la vería casi desnuda «casi, ya que la casi rubia tendría su bañador» pero, sintió como las manos de su amiga la jalaban y la llevaban a un lugar más apartado.

-Ni creas que vamos a dejar que pases el
ridiculo allí, mientras miras a esa perra- Le dijo Olivia y Lisa asintió.

-¿De-de qué hablan?- Preguntó, nerviosa.

-Hablamos de que aún no se había quitado la ropa y ya estabas babeando- Le retó Olivia y Sophie se impresionó, le habían dado justo en el clavo.

-Yo no estaba haciendo eso-.

-¡Claro! No planeabas quedártele mirando
mientras se desvestía, ¿verdad?- Preguntó
Olivia, sarcásticamente, y Sophie se sonrojó.

-¡Si lo ibas a hacer!- La acusó Lisa, muy
exasperada.

-Yo soy un ser humano, perdonen- Dijo
apartándose malhumorada de sus amigas -Ahora, vamos nosotras a bañarnos- Olivia y Lisa la siguieron, aún enumerando las razones por las cual Sophie era una idiota, y se encontraron a Taylor con un bañador verde en la orilla del claro.

Las chicas ya se habían quitado la ropa, Sophie llevaba un bañador con la parte
superior y la inferior en color negro lo que lograba resaltar su piel, dejando a la vista todas aquellas curvas que ha obtenido desde dejar atrás la pubertad. Taylor silbó a verlas.

-Vaya, Williams. ¿Quién diría que estuvieses tan buena?. ¡Miren esas piernas!- Se burló su amiga y Sophie le dio un empujón, haciendo que cayera al agua. Las tres empezaron a reír al ver el cabello empapado de la pelinegra, parecía un perro mojado.

Rivales // Hailee SteinfeldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora