12• Yugoslavia, Kurdistán y...

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México:

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México:

Vi el carro de madre alejarse, rapidamente, al igual que mis lágrimas, salieron sin parar.

Me senté en unas de las jardineras del edificio. No hacía ni el mínimo ruido, solo expulsaba lágrimas y más lágrimas, sabía que debía de controlarme, Yugoslavia ya tenía que estar al tanto de que ya casi llegaba.

Me limpie con las mangas de mi suéter y camine lentamente hasta las puertas del edificio, di un suspiro y sonreí al entrar.

—Mexi hola—me saludo Kurdistán.

El era el trabajador del turno de noche. No le hablaba mucho y raramente lo veía, solo sabía que era un tipo normal y sin ningún antecedente penal.

O eso creía...

—Hola—me acerque a la recepción—,¿Y Yugoslavia?—le pregunté extrañado.

—Vamos a cambiar de turno, llegará un nuevo trabajador para el turno de noche y vamos a reacomodar los turnos, así que por ahora me toca el turno de la tarde—dijo relajado.

—Oh ya—dije asintiendo varias veces—, me preguntó quién será.

—Realmente no sabría decirte, la jefa anda muy misteriosa últimamente, también hay rumores de que llegara un nuevo comprador pero no sé exactamente—hablo rascándose la barbilla—, ya sabremos, por el momento toma tu llave.

—Gracias, te veo luego.

Subí al elevador y llegué a mi piso correspondiente. A tan solo abrir la puerta empecé a llorar sin parar, me tiré al suelo y trate de no hacer sonidos extraños.

—México ¿Qué te paso?

Yugoslavia, Yugo, ella estaba adentro.

Levanté la mirada y ella ya venía a mi, preocupada.

—¿Qué te paso, cielo? ¿Te pegaste?—me pregunto tocandome la cara y limpiando mis lágrimas.

—Me golpee con la puerta—le respondí cortante.

—... No es cierto—se levanto—, si te hubieras golpeado habrías gritado una grosería. Te pregunto ¿Qué te paso?

Maldecía que me conociera tan bien.
Maldecía la confianza que mi madre le tenía.
Maldecía que con solo unas palabras, ella logrará ponerme nervioso.

Me pare y la ignore, fui al sofa a recostarme lanzando la mochila en el proceso.

No tenía ganas de absolutamente nada, mi personalidad basada se fue, el México hostil llegó.

—Oye, al menos dame una pista. Yo lo descubro—dijo con algo de optimismo.

Tome mi celular y rápidamente fui a la galería para buscar una foto mía y de Rusia. Ella se sentó al lado de mi, le puse el teléfono en el regazo y sin dudar un momento dijo:

—Oh ya entendí... No tienes que llorar por eso.

—No puedo—dije en un tono alto.

—Osh, vamos, te ves como un resentido—hablo con burla en lo que ponía su brazo en mis hombros.

—¡No lo soy!—me limpie mis lágrimas—, Es que simplemente no se como sentirme.

—Sientete bien, es un comentario muy de personas ignorantes pero, una vez que lo dejas de lado, ya no piensas en eso y dejas de sentirte miserable—ella se puso de cabeza en el sofá y me hizo la seña de que también lo hiciera—, recuerda cuando tú me animaste también, y me dijiste lo mismo, ahora yo ando happy y tú sad, dime ¿Seguras así el resto de tu vida?

—No—me límite a contestar.

—¡Alli está!, cuando estás boca abajo las lágrimas no caen y cuando estás boca abajo, miras diferentes perspectivas; trata de imaginar una perspectiva en la que tú seas feliz sin él, ¡O aún mejor!—ambos nos reincorporamos en el sofá—, una perspectiva donde tu y yo vayamos al parque, a dar una vuelta, compramos un agua de frutas y un vaso de elote ¿Qué dices?

—No sabes lo mucho que te amo—sonreí de una vez—, me encantaría.

Me regreso el ánimo de repente, es raro, y tenía razón, llorar no servía de mucho, lo quise mucho pero ya era una plática de otro momento, el presente era lo importante.

—No perdamos tiempo, vamos.

Una vez que me cambié, salimos del departamento y bajamos a la recepción, encontrándonos con una no muy agradable sorpresa para mí.

—Yugo, estaba apunto de llamarte—la dueña del edificio hablo—, joven México, es un placer volverlo a ver.

—Ya no he tenido el gusto—le respondí—, es agradable encontrarla aquí.

—Aún más agradable es presentarles al nuevo trabajador del edificio y al nuevo inquilino.

La dueña se hizo a un lado, dejándonos ver a un hombre de mediana edad, como de la edad de Yugoslavia.

—Es un placer conocerles,.mi nombre es Yemen.

Yugo y yo nos miramos y le dimos la mano, claramente vi sus intenciones "románticas" cuando vio a mi cuidadora, mi cabeza no dio para protestar cuando de la nada...

Vi al señor USA Lynch hablando tranquilamente con la dueña y Kurdistán.

Bofo.

Notas del autor:

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Notas del autor:

Amo mucho la escuela (es sarcasmo)

Holaaaaaaaa

Que tal?

Les gusta?

Perdón las faltas de ortografía y el retraso.

Díganme una cosa

Les gustaría que cambiara el día de publicación?

Cómo se imaginan a México y en general a los personajes?

No se me dio por preguntar eso xdeee.

Okay se que esté capítulo está súper cortito pero es un capítulo de contexto así que prepárense para lo que viene, estamos a unos capítulos del final jajajja

Bueno creo que sería todo. Sin spoilers ni nada de datos extra, lo siento.

Dudas:

Quejas:

Sugerencias:

Una vez más agradezco a todas las personas que van y votan en todos los capítulos, también agradezco mucho sus comentarios me hacen el día jajjajaj

Cuídense
Chao

The Teacher °Usamex°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora