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México

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México

Un día tu, estás gozando la vida jugando videojuegos, solo en tu casa. Y al día siguiente estás llorando porque te votaron.

Si bien mi vida no era la mejor emocionalmente, era la mejor en economía. Me duele decirlo, pero gracias a que mi madre trabajaba mucho, tenía todo lo que pudiera pedir, no teníamos casa propia porque Yugo era la "única" persona en la que mamá confiaba para cuidarme, y ella también vivía en el edificio y trabajaba en el edificio.

Entonces mi manera más más sencilla de olvidarme de eso era perder mi tiempo jugando o buscando a alguien para no quedarme solo.

A Rusia lo veía como un acompañante, y estaba seguro de que yo era su distracción, por eso la culpa no me consumía, ya había veces en las que todos me decían que lo votará porque era un infiel de porquería, mas no quise hacerlo porque mi conciencia me decía que si lo dejaba, sería una persona menos de mi lista de acompañantes, así que solo le pasaba cada infidelidad, comentario o burla hacia mi.

Me arrepiento, él apesar de eso sabía cómo tratarme y en verdad me dolía cuando no me contestaba los mensajes o cuando pasaba a lado de mi y me ignoraba porque según él, estaba estresado.

Para mí desgracia, había otras tres personas que claramente sabían cómo tratarme.

USA, Alemania y Yugoslavia.

Yo no era obvio cuando decia que no me importaba cuando uno de esos tres hablaba con alguien más. Mi dependencia me cegaba por momentos y yo totalmente consciente no podía controlar el fuego de mis ojos o mis manos al moverse de emoción.

Pero me centraré en Japón, era muy lista pero aveces se le iba la onda en cosas "importantes" como en la tarea, pero cuando se trataba de molestarme, ella sabía perfectamente como empezar.

Estábamos en hora libre haciendo trabajos pendientes mientras que todo el salón se había ido a jugar deportes, ambos nos fuimos a sentar en unas bancas cerca de prefectura.

—Oye Mex, préstame tu lapicero azul—pidio ella.

—No—le dije para molestarle.

—Ay, entonces como si le prestas tus lapiceros a Lynch "México, préstame tu lapicero" "Claro profe'"—nos arremedo con voz grave y sarcástica.

—Es eso, el es un maestro, ni modo que le diga que no.

—Uy si, seguramente por eso tus mejillas y tus orejas están rojas—me señaló con su dedo, no iba a caer en su trampa—. México, aquí es la parte donde te tocas las orejas.

—Fijate que conveniente—hable con burla.

—Conveniente para ese señor, se te queda mirando bien raro e incluso cada que dice algo camina a ti y te señala—comenzo a caminar tal y como Lynch haciendo justo lo que describió—. Así le hace, hasta parece que quiere que te des cuenta de que le gustas.

The Teacher °Usamex°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora