México
Un día, Japón me preguntó:
«¿Cuál es tu día favorito de la semana?»
Yo respondí.
«Martes»
Después me preguntó:
«¿Y cuál es tu día menos favorito?»
Y sin dudar un segundo, conteste:
«Miercoles»
Ya sea que las personas les guste tener días favoritos o no, mis razones para ese momento eran las mejores y eran fáciles.
Me desagradaban los miércoles porque tenía Historia a la primera hora, y aparte, los miércoles mi madre no podía ir por mi a la escuela (salgo temprano) por lo que le da miedo que haga algo malo o que me suceda algo malo, entonces el prefecto me enviaba al salón de Lynch, que casualmente no tenía clase a última hora pero tenía que esperar esa hora por el papeleo o algo así.
En conclusión: Miércoles, dos horas en el salón de Lynch.
Pero el martes era todo lo contrario, adivinen.
Exacto, Lynch no tenía horario ese día, por lo que no iba a trabajar, es decir.
Martes: yo feliz.
Ese miércoles no iba a ser la excepción:
Llegué, toqué la puerta, me dejó entrar y me acomode en mi asiento. Mis compañeros tenian la costumbre de: entrar, dejar la mochila, he irse del salón hasta que timbraran.
Para mí mala suerte, los miércoles, Japón estaba obligada a acompañar a su hermano a la preparatoria, entonces llegaba un poco tarde.
Saque mi libreta y los lapiceros que ocuparía, el maestro estaba en su computadora hasta que su mirada se poso en mi.
—¿Hiciste tu tarea?—me pregunto.
—Si Profe'—conteste con un poquito de temor.
—Muestrame.
Mi corazón latía a mil, tome la libreta; la abrí en las hojas donde plasme mi trabajo y se la di.
—Vete a sentar—me ordenó con un tono.
Puse ojos aburridos y trate de no rodarlos, regrese a mi asiento de mal humor, ¿Qué le pasa? De repente se puso grosero.
Desvié la mirada y vi a Mongolia llegando a mi.
—Hola México, mira lo que te traje—se sento enfrente de mi y saco un llavero de su bolso—, ayer fui al centro, lo vi y me acordé de ti.
Lo tome y lo observé, un llavero con la forma de nuestro continente, muy bonito.
Rusia me va a regañar si tengo esto.
—Por cierto quiero invitarte a unas albercas—hablo el muy entusiasmado.
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The Teacher °Usamex°
Ciencia FicciónMéxico descubrirá la repugnancia que le da cada vez que su maestro lo halaga y hace comentarios fuera de lugar con respecto a él. *** Los halagos por parte de un maestro a un alumno son un sentimiento inexplicable, unos pueden sentir que están en la...