México
La mayoría de las veces veía a Lynch con ojos de miedo, porque eso era lo que me causaba. Miedo.
De veces no...
Miércoles, a primera hora tocaba su clase, pero mágicamente no apareció, fui a buscar al prefecto pero este dijo que nos pusiéramos a hacer trabajos pendientes, pues Lynch no había dejado actividad.
Después nos pasamos a inglés con la teacher Libia, ella si estaba para enseñar, por lo que simplemente rece para que su clase acabará lo más pronto posible.
—Bien chicos, la actividad de hoy será muy fácil; van a anotar las preguntas del pizarrón quiero que sean realmente sinceros, no es nada malo, si tienen alguna duda díganme—hablo calmada.
Abrí mi libreta y empecé a anotar lo del pizarrón, todo muy aburrido, solo hasta que comencé a contestar las preguntas a conciencia.
«How do you feel every day?»
So bad, but happy too.«Do you like your current school?»
I guess.«Can you feel a nice atmosphere?»
Sometimes.«Do you like the system the school has?»
Yes, Is very nice, but maybe they can change some things in the school like some teachers«Do you have any problem with a teacher? (Explain your answer)»
One teacher makes me feel strange and nervous, maybe i'm confused but he's special.Acabe de contestar y fui a revisar. Libia reviso mi ortografía, la narración y obviamente, leyó todas mis respuestas, haciendo gestos en unas y sonriendo en otras, como cuando leyó la última.
—A si—extendió la palabra—el profe de aquí cerca, ya lo cache México.
Reí a lo que me dijo. Me dio la libreta y me fui a sentar.
No tenía la certeza de que supiera que la respuesta era una obvia indirecta a Lynch pero solo me quedo claro que Libia, por más amigable que pareciera, no era de confianza al ser cercana a Lynch.
Japón había descubierto que Lynch, Libia, Bulgaria y miembros de la dirección, eran bastante cercanos y que casi todos tenían un comportamiento similar.
Teorías de Japón que siendo francos, consideraba una tontería.
Los módulos pasaron muy rápido y la peor parte del día comenzó. La hora extra en ese maldito salón.
Me despedí de mi amiga y el prefecto me escoltó hasta el salón 5.
—Bueno el profe no esta—volteo a ver a los lados, buscando con la mirada—, supongo que te dejare aquí, si llega un administrador solo dile que el profe no está y le enseñas tu justificante ¿De acuerdo?
Asentí y él se fue.
Me senté en una banca apartada del escritorio de mi maestro. Mis sentidos querían ir a mi banca de siempre, pero me negué al recordar que mi novio no venía desde hace ya dos días.
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The Teacher °Usamex°
Bilim KurguMéxico descubrirá la repugnancia que le da cada vez que su maestro lo halaga y hace comentarios fuera de lugar con respecto a él. *** Los halagos por parte de un maestro a un alumno son un sentimiento inexplicable, unos pueden sentir que están en la...