16• Please Don't.

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México

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México.

El día había llegado...

Iba a dar todo de mi, pero a la vez nada.

Había llegado al límite la noche pasada, daba vuelta tras vuelta en la cama. Mire mi celular por momentos y termine por aburrirme.

Pero al final y a pocas horas de que llegara la hora en la me levantaba. Opte por terminar de leer el libro del señor Lynch.

Ese tipo estaba loco. Cómo se le ocurre prestarme un libro demasiado grosero y obsceno... a mí... por alguna razón me gustó demasiado.

Explicaba temas que nunca me había plateado, y a pesar de que lo que dijo Lynch era cierto «el autor te pone en 2 partes distintas adentro de un conflicto» no llegué a una conclusión.

¿El adulto es el manipulando o el niño es el manipulado?

Lo que me llevo a elegir la canción que presentaría ese día, Viernes.

Con insomnio me levanté y me vestí con mi uniforme de gala, bien planchado una noche antes. Ese viernes era decisivo.

Sin que mi madre viera, tome un poco de su maquillaje para tapar mis ojeras.

—México, cuando llegues de la escuela quiero que le des ese libro al señor USA ¿Ya lo terminaste?

—Me falta poco—dije nervioso.

—Pues lo terminas. Una semana con ese libro. Pensara que te lo quieres quedar.

Ja, ja, ja, si claro.

Finalmente llegué a la escuela con temor. Mi mano temblaba y aún no estaba listo.

Llegué al salón de matemáticas, y casualmente estaba cerrado, me recargue en el miro y espere pacientemente a Japón, que desde hace tiempo ya no venía conmigo.

Pronto varios de mis compañeros llegaron y esperaron conmigo hasta que nuestro prefecto llegó a avisarnos que nuestra maestra no iba a llegar, tampoco la de formación y que Alemania iba a estar ocupado, que Italia también... Lynch estaba igual.
Clases libres toda mañana.

Que mal que ya no podría disfrutarlo.

Me habían hablado de dirección...

Solo para decirme que Yugoslavia había llegado por mi... Mi madre tuvo un accidente...

Salimos de la escuela sin cruzar alguna palabra de pormedio, ella se sostenía de mis hombros, y yo solo miraba a ... nada.

Mis sentimientos estaban congelados.

Recordaba que siempre escribía lo mucho que odiaba a mi madre, pero nunca desee que ella desapareciera... "Odio a mi madre"... nunca pedí que algo le pasara. No sabía cómo sentirme, ¿Feliz? O ¿Triste?, tal vez una mezcla de arrepentimiento, indiferencia y frustración.

The Teacher °Usamex°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora