NARRA ALEXIA
Acababa de aterrizar en Barcelona después de volver del partido contra el Athletic club de Bilbao.
El día anterior había llamado a Diana nada más acabar el partido. Me encontré que estaba con mi madre y mi hermana. Me dijo que le habían dado el alta y que al día siguiente ya se podía ir, así que lo primero que hice al salir del aeropuerto fue ir hacia el hospital.
—Bon día preciosa—dije al entrar. Me acerqué a ella para dejar un beso en su frente.
—Bon día—dijo con una sonrisa de oreja a oreja—. Te he echado de menos—añadió tímida.
Yo la miré sorprendida por lo directa que había sido, pero rápidamente cambié mi expresión a una sonrisa.
—Yo también te he echado de menos—hablé acercándome a ella.
La morena me abrazó por la cintura y apoyó su cabeza en mi abdomen ya que yo estaba de pie y ella sentada. Estuvimos abrazadas durante un rato hasta que entró una enfermera al cuarto, por lo que nos separamos rápidamente.
—Buenos días—nos saludó—. Me falta que firmes este papel y ya podrás empezar a recoger todo e irte—se dirigió a Diana.
Le entregó el papel junto a un boli a la escritora, esta sin leer nada lo firmó y se lo entregó.
—Tendrás que venir de lunes a viernes todos los días durante un tiempo para hacer la quimio—habló la enfermera cuando cogió los papeles—. Ya te enviaremos un mensaje. Ahora ya me voy para que puedas vestirte e irte.
—Que pases un buen dia—se despidió de la enfermera—. ¿Me ayudas?
Asentí y le di mis manos para ayudar a que se levantase. Una vez de pie fui al baño a buscar su ropa que le había traído hace unos días.
—Vas a quedarte en mi casa, ¿lo sabes?—la avisé. No podía dejar que se quedase sola, no por lo menos los siguientes días de salir del hospital. Podría pasarle cualquier cosa y me sentiría la culpable por no haberla cuidado.
La chica me fulminó con la mirada.
—No me voy a quedar en tu casa.
—Si te vas a quedar en mi casa.
Ella negó.
—Que no, no quiero ser una carga para ti, solo voy a molestarte—agachó la cabeza.
Me acerqué y le cogí el mentón con mis dedos para que me mirase.
—No vas a molestarme, así que vas a quedarte en mi casa—ordené.
Vi como tragaba saliva nerviosa. Asintió con la cabeza y luego miró hacia otro lado a causa del nerviosismo, así que volví a hacer que me mirase para poder dejar un beso en sus labios. Me encantaba el sabor a cereza que tenían, me estaba volviendo adicta.
La ayudé a vestirse intentando mirarla lo menos posible. No quería que se sintiera incómoda. Yo estaba con los ojos cerrados cuando escuché como empezaba a reír.
—Ale, ya puedes abrir los ojos—dijo divertida.
Yo la fulminé con la mirada.
—No quería incomodarte, si lo sé a la próxima me salgo de la habitación—me había picado.
Me abrazó y apoyó la barbilla en mi pecho para poder mirarme a los ojos.
—Contigo estoy de todo menos incómoda—dijo tímida.
La abracé y dejé un beso en su frente.
—Vamos a casa, debes tener ganas de salir de aquí.
—Por favor, un rato más aquí y me mato—murmuró riendo.
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Supernova-Alexia Putellas
FanfictionAlexia, una futbolista que ama leer y se ha leído unos libros cientos de veces. Diana, una escritora que debido a su mal sueldo tuvo que empezar a ser profesora. Por último: Alba, ¿actuará de cupido entre Alexia y Diana? Supernova: persona, experie...