Capitulo 26.

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NARRA ALEXIA

(1 año después)

Después de que Diana acabase la quimioterapia decidimos que seguiríamos viviendo las dos juntas, así que buscamos una casa que estuviera entre el colegio donde trabajaba Diana y la ciutat esportiva.

Encontramos un piso muy mono. Era grande pero no en exceso. Era para más de dos personas, pero era mejor porque así teníamos sitio para crear una futura familia si queríamos.

Nuestra relación estaba más bien que nunca. Siempre estábamos juntas pero si alguna necesitaba o quería tiempo para pasarlo con nosotras mismas lo respetábamos.

Diana era la persona más mona que había visto en toda mi vida. No le faltaba el respeto a nadie. Todos mis fans estaban encantados con ella, no había ni un solo comentario de odio hacia ella. Y normal que no hubiesen, era la mejor.

Ese mediodía íbamos a salir con las chicas para celebrar que habíamos vuelto a pasar a la final de la champions. Esa temporada había costado bastante más que la anterior ya que el nuevo formato de la Champions era más difícil que el antiguo.

Me puse pantalones de lino blancos y un top también blanco. No iba muy formal pero si arreglada. Diana se puso un vestido del mismo blanco que yo. Le quedaba perfecto, como todo lo que se ponía. Ambas nos pusimos pulseras y anillos de oro para ir a conjunto.

Empezó a toser justo cuando salíamos de la habitación para ir hacia fuera. Creíamos que había pillado un resfriado ya que llevaba bastantes días así. Obviamente fuimos al hospital y le revisaron los pulmones con una ecografía de esas para ver si hay rastros de la enfermedad y no vieron nada, así que no estábamos tan preocupadas.

Cogí rápidamente la botella de agua que teníamos en la mesita de noche y se la tendí.

Bebió poco a poco y dejó de toser.

—¿Estas bien?—pregunté preocupada.

Asintió y me abrazó. El resfriado había hecho que estuviera más cariñosa de lo normal.

—Te amo—murmuró besando mi cuello.

—También te amo, supernova—dije sonriendo mientras nos separábamos un poco del abrazo.

Salimos de casa y nos montamos en mi coche. Sorprendentemente fuimos las primeras en llegar. Desde que conocía a Diana nunca había llegado temprano a una quedada con las chicas.

Fuimos saludando a todas cuando llegaban, hasta que ya estábamos y pudimos entrar.

Me senté al lado de Diana, obviamente, y Mapi y Jana estaban delante nuestra sentadas.

Jana estaba haciendo uno de esos vídeos que le obligan hacer de "un día conmigo" así que estaba todo el rato grabando todo para ver que poner.

Cuando nos trajeron las cartas, a Diana le dieron una cosa cuadrada envuelta en papel de regalo.

Me pareció bastante raro la verdad.

—Esto es tuyo, ábrelo—me pidió un poco nerviosa.

—¿Que es?—pregunté cogiéndolo.

—Ábrelo y lo sabrás.

Asentí y empecé a quitar el papel poco a poco.

Sentía la mirada de todas las chicas clavadas en mi, como si fuera el momento más importante de mi vida.

Acabé de quitar el papel y ahogué un grito.

—Estas de broma—dije emocionada, confundida y sorprendida a la vez.

Era un libro que se titulaba «de donde surge el amor» y la autora era ella. En la portada salía una chica rubia, alta y atlética. Era yo. Y abrazada a ella estaba una chica morena un poco más baja que la rubia vestida con el estilo de ropa de Diana. De fondo estaban en un campo de fútbol. Básicamente era un libro sobre nosotras dos.

Abrí la primera página del libro y oí como se cayó algo al suelo. Diana rápidamente se agachó a cogerlo y se arrodilló delante de mi.

Miré a las chicas sorprendida y sin entender nada.

—Alexia quería decirte algo...—murmuró cogiendo lo que se había caído. Era un anillo de compromiso. No pude evitar ahogar un grito y taparme la boca sorprendida. No me lo creía.

—Desde el momento que te conocí alteraste todos mis sentidos, en forma literal. Nunca había sentido esto por alguien y menos por una chica. Mis 26 años enteros había pensado que era hetero hasta que te cruzaste en mi camino. Llevamos un año y tres meses justos. Se que es pronto para hacer esto, pero nunca he estado tan segura. La manera en la que nos cuidamos la una a la otra, la manera en la que nos amamos, en la que nos miramos y básicamente todo lo que haces por mi, me ha dado el empujón para preguntarte esto—su mano temblaba más que nunca, estaba muy nerviosa así que cogí su mano libre esperando a que hiciese la pregunta—. ¿Alexia, me harías el favor de hacerme la chica más feliz del mundo y casarte conmigo?

Seguía temblando de los nervios aunque supiese que iba a decir que si.

—Si quiero hacerte la chica más feliz del mundo, supernova—dije entre lágrimas de felicidad acercándome a besarla apasionadamente.

Todo el restaurante empezó a aplaudir mientras nos besábamos y las chicas gritaban y vitoreaban a nuestro alrededor.

Nos separamos y juntamos nuestras frentes.

—Te amo mucho, supernova—murmuré aún llorando de la felicidad mientras Diana me ponía el anillo.

Las comida fue espectacular.

Nunca había estado tan feliz como ese día.

Iba a casarme con Diana. Con el amor de mi vida. La chica que había despertado esos sentimientos que nadie más había podido. Diana era la indicada y el destino lo sabía.

Aunque la felicidad no podía durar mucho tiempo.

Al final de la comida, antes de que nos dieran el postre Diana me dijo que le dolía mucho el pecho. Sentía como una presión que no podía explicar. Le dije que el postre daba igual y que iríamos al médico, pero ella se negó a levantarse así que tuvimos que quedarnos ahi.

Justo cuando íbamos a levantarnos, empezó a toser. No de una manera normal como lo hacía en casa, sino que era mas bestia que siempre. Hasta que empezó a escupir sangre.

Llamamos a emergencias y nos dijeron que en 5 minutos llegaban.

Llevábamos tres minutos esperando a la ambulancia. La escuchábamos a lo lejos. Bueno, la escuchaban ellas. Yo estaba entrando en pánico e intentando ayudar a Diana a tomarse las pastillas que le habían recetado en el médico.

A los 4 minutos pasó lo que teníamos que evitar. Se desmayó.

Mire si tenía pulso, y gracias a dios tenía aunque iba lento.

Justo llegaron las ambulancias y se la llevaron corriendo al hospital.

No me dejaron subir a la ambulancia, así que llamé a su padre y a su hermana para que fuesen al hospital.



¿Se viene el final pronto?

Supernova-Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora