Capitulo 15

1.5K 123 29
                                    

NARRA DIANA

Éramos novias.

No me lo podía creer. Todo había sido tan rápido que cuando me di cuenta estaba sentada a horcajadas encima suya mientras la besaba.

No llegamos a más porque no me apetecía. Notaba bastantes molestias en mi parte baja y no quería que aumentaran. Así que fuimos a su cuarto a ver una peli, pero me quedé dormida antes de que empezara.

Al día siguiente no tenía trabajo. No podría ir a trabajar hasta la semana siguiente, así que a Alexia se le ocurrió la magnífica idea de invitarme a ver su entreno con la excusa de que así le hacía compañía a las lesionadas y no me quedaba en casa aburrida.

Como no, llegamos al entreno 10 minutos antes. Aún no entendía como Alexia era tan puntual, yo era completamente lo contrario, aunque tenía de admitir que desde que la conocía llegaba a todos los sitios más temprano que antes.

Lo primero que hizo fue enseñarme toda la ciutat esportiva, luego me presentó al entrenador y por último me llevó a la pequeña grada que había donde estaba Mapi junto a Jana.

—¡Hola!—salude a ambas con un beso en la mejilla. Les había cogido mucha confianza. Eran de las chicas que más me habían venido a visitar mientras estaba en el hospital.

—¿Que tal estás?—me preguntaron.

—Mucho mejor, solo que a veces me entran ataques de tos o se me va el aire, pero es normal.

—No se como Alexia te ha hecho venir aquí—murmuró Mapi negando con la cabeza.

—Estoy bien, os lo juro—prometí.

El entreno no tardó en empezar y nos pusimos a hablar entre las tres. Llevábamos una hora entera hablando y se nos había pasado tan rápido que nos sorprendimos al ver a las chicas en el descanso.

Algunas de las chicas se nos acercaron —Alexia incluida— y llamaron nuestra atención.

—Hola guapa—le dije a mi novia.

—Hola preciosa—me dio un beso en la mejilla—. ¿Te encuentras bien? ¿No te cuesta respirar ni nada parecido?

—Todo está bien, Ale, tranquila—la tranquilicé—. Aunque sí que tengo un poco de frío, pero no es nada grave.

—Puedes resfriarte y eso ahora mismo te iría fatal. ¿Como que no es nada?—me regañó—. Ahora te traigo mi chaqueta, ¿vale?

Yo asentí y me dio un beso en la mejilla. No podíamos atrevernos a darnos besos en la boca, habían bastantes fotógrafos y podrían sacar una foto en cualquier momento.

—No estoy enfadada contigo, perdón por hablarte así—se disculpó. Sabía que me había molestado que me regañara por eso.

—No pasa nada—murmuré abrazándola—. T'estimo.

—T'estimo.

Se fue corriendo hacia el vestuario y volvió para darme su chaqueta north face. No combinaba nada con la ropa que llevaba, pero era mejor eso a que me resfriara.

Al acabar el entreno salimos fuera a la calle a esperarlas. Cuando salieron todas ya duchadas, nos pusimos a hablar.

—¿Vamos a cenar hoy todas?—propuso Ona.

—¿Y luego nos vamos de fiesta?—pregunté.

—Me gustan las intenciones de esta chica—dijo Cata, haciéndonos reír a todas.

—¿Estas segura que puedes beber?—me susurró Alexia que estaba a mi lado.

Asentí.

—Me dijeron que solo podía beber los viernes y sábados porque al día siguiente no tengo que ir a hacer la quimio.

Supernova-Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora