Capitulo 20

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NARRA ALEXIA

Acabábamos de entrar al vestuario después de ganar otro partido y lo primero que escuché fue un teléfono sonando. Era el mío.

Lo cogí y al ver que era una videollamada de Diana sonreí.

—¡Hola Dian!—dije sonriente pero al ver que estaba llorando se me esfumó cualquier rastro de felicidad que tenia—. ¿Cariño? ¿Que te pasa? ¿Estás bien?

Vi como negaba.

—Mi madre...—murmuró entrecortada—, no me acepta.

Me quedé en shock. ¿Que me estaba contando?

—Intenta tranquilizarte un poco y ves hacia casa, yo ahora me ducho rapidísimo y también voy. Te dejo hablando con Mapi para que te entretengas, ¿vale?

—Te quiero.

—Yo te quiero más, corazón—dije mandándole un beso a través de la cámara.

Mapi, que lo había escuchado todo ya que había bajado al vestuario, cogió mi móvil y se puso a hablar con Diana. Luego se apuntaron todas las chicas a intentar hacerla reír y olvidar lo que ha pasado con su madre.

Cuando salí de la ducha vi que ya no estaban hablando desde mi móvil.

—Ha colgado porque iba a conducir y no quería despistarse—informó Mapi.

Yo asentí. Era mejor que no la desconcentrasen mientras fuera conduciendo, si tenía algún accidente por culpa de eso no me lo perdonaría nunca.

Me vestí rapidísimo y fui hacia el coche sin despedirme de ninguna de las chicas.

Antes quería parar en una librería para comprarle algún regalo a mi chica. Sabía que no le gustaba que la consintiera tanto, pero cuando estaba mal me era inevitable no hacerle ningún regalo. En el fondo le encantaba que le dará detalles pequeños de vez en cuando.

Entré a la librería que siempre iba. Estaba llena de novedades y libros que sabía que a Dian le iban a encantar. Ella siempre tiraba más para leer libros de romance. Nunca la había visto leyendo fantasía, así que escogí el libro "Asesino de Brujas: la bruja blanca" porque pensé que le gustaría. También le compré el libro de "Romper el Círculo" ya que hacía semanas que me decía que quería ir a una librería a comprárselo.

Le pedí a la dependienta que me lo envolviera en un papel de regalo de corazones que tenían allí.

Después de pagar todo, volví a ir al coche. Dejé los regalos en el asiento del copiloto y yo me senté en el del piloto para poner en marcha el coche de mi chica. La gente hablaría bastante al día siguiente por haber ido al partido con ese coche, pero me daba igual.

Llegué a casa 5 minutos después y al entrar busqué a Diana. No la encontraba y empezaba a entrar en pánico hasta que me dio por ir a mirar en el baño de nuestra habitación.

—Cariño...—dije mientras entraba al cuarto e iba a abrazarla.

Se aferró a mi con fuerza.

—No entiendo porque me trata así—dijo con la voz rota.

La abracé un poco más fuerte pero con delicadeza. Me rompía por dentro verla así.

—Con la ayuda de tu padre la haremos entrar en razón.

Hubo un largo silencio.

—¿Si nunca cambia?

—Si nunca cambia te va a tocar asimilarlo y aprender a seguir sin su apoyo. Se que será difícil en un principio, pero luego sabrás seguir adelante—dije la verdad, por muy dolorosa que fuera para ella—. Dian, eres la persona más fuerte que he conocido. Y lo digo de verdad. Tu vida no ha sido nada fácil y aún así has seguido adelante como si nada. Lo tuyo es de admirar, cariño. Y nunca olvides que me tienes a mi, yo voy a estar para ti siempre. En los buenos y en los malos momentos.

Supernova-Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora