▫️Capítulo 10▫️

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El nuevo año trajo consigo grandes revuelos en la vida de las personas que rodeaban a Suly. Finalmente Alejandro se le había declarado a Via, a pesar de que ella siguiese reusándose a darse una oportunidad. Rose había creado una especie de dinámica extraña con Dariàn, discutían todas las noches por chats y se juraban odio eterno, pero finalmente a la noche siguiente volvían a lo mismo.

__ Los que pelean se gustan,– canturreaba Vianna mientras se llevaba una bola de almohadazos por parte de Rose, mientras yo me reía como loca con sus estupideces,– bueno, bueno,– levantó las manos en señal de rendición,– ¿Me prestas un vestido? – me hizo un mohín en su vago intento de convencerme, como si hubiera forma de decirle que no.

Cuando las chicas se fueron Suly seguía pensando en Iván, en esa relación extraña que tenían. Podían pasar días sin hablar, sin buscarse, cada uno sumido en su mundo de silencios, de dudas, de inseguridades, pero siempre que se volvían a encontrar bastaba una sola mirada para volver a conectar, para saber que estaban s bien, que ese breve tiempo lejos no había cambiado nada, bastaban unos cuantos segundos para ponerse al día, así había sido desde el día que se conocieron hace casi nueve años.

Y le gustaba esa idea, me gustaba saber que pase lo que pase, él y ella siempre iban a ser él y ella, por muchas cosas que los separaran y por màs que el tiempo los alejara, al encontrarse todo seguiría intacto, y con el tiempo entendió que eso era verdaderamente peligroso.

Esa mañana al llegar a la escuela, la imagen de miles de estudiantes abrazándose y demostrándose su exagerado cariño estaba por todas partes, era ridículo, la mayoría de las veces se trataba de pura hipocresía, un bulto de personas que solían llamarse amigos solo porque se iban de fiesta juntos de vez en cuando.

__ En el fondo siempre agradecí no tener amigos tan cariñosos,– vale, la intención de Iván era pensarlo, no decirlo, en ese momento sintió una risa cálidamente conocida detrás de él.

__ Querrás decir pegajosos…– Dijo riéndose…

Eso lo hizo reír, pero no contestó, solo la miró…

__ Vale, no me esperaba un abrazo ni un te quiero, pero un buenos días ¿quizás? – Dijo haciéndose la ofendida pero no le salió porque terminó riéndose de nuevo…

__ Me alegro de verte – Le dijo sonriendo.

__ Eso también sonó pegajoso…

Luego la abrazó, y aunque no lo dijo en voz alta la había extrañado…Con Suly siempre era así, a veces estaba y a veces no, en eso se parecía a él, a veces se enojaba sin razón y se comportaba como si fuera Merlina - como diría Rose - y otras veces era hasta tierna… Iván recordaba que cuando eran pequeños a veces se enojaba sin decirle nada, supuestamente era su culpa, pero él nunca entendía del todo sus enojos, se daba cuenta por su cambio de actitud, supongo que eso pasa cuando conoces muy bien a alguien, su sola mirada le decía que algo iba mal, ella cariñosa nunca ha sido pero ya cuando le hablaba de sus cosas y ella solo asentía esquivando la mirada, entonces sí, algo iba mal…

Un día la llamó en el pasillo de la escuela y se hizo la sorda y siguió hablando con Mel como si nada, luego la volvió a llamar pero esa vez alzó un poco la voz, ella estaba tan apenada de que todos los miraran que enseguida bajó la guardia y fue a hablar con él… Iván sonrió al recordarlo.
       
__ ¿En qué piensas? – Lo trajo ella de vuelta a la realidad…

__ En cuando éramos niños…

__ Ay no Iván por favor era una inmadura…– Dijo ella apenada poniéndose las manos en la cara, él empezó a reírme…

__ ¿Inmadura? Pero si parecías la abuela de todos…– Enarcó una ceja – Bueno, la hermana  mayor de todos…– Eso la hizo sonreír…

__ ¿Te acuerdas como siempre tenías las palabras correctas para convencerme? – Asintió – Siempre que me peleaba con Rose hacías que volviera a hablarle y bueno contigo… nunca pude estar enojada mucho tiempo, solo me mirabas y ya…

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