▫️Capítulo 15▫️

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Mientras los días seguían pasando, la culpa y el remordimiento comenzaban a invadir a todos aquellos que a lo largo de su vida se habían equivocado tanto que quizás ya era demasiado tarde para arreglarlo.

__ Hija, ¿Estas bien? – Dijo entrando en la habitación de su hija, la verdad sonaba algo preocupado…

__ ¿Por qué no lo estaría? – preguntó ella totalmente indiferente.

__ Hace mucho que no hablamos, ¿Por qué no me cuentas como va todo? No sé, sobre tus amigos o ese chico Ignacio…

__ Es Iván, no Ignacio… y todo está cool, como siempre…

__ Cariño, yo sé que nunca estoy para ustedes, pero solo lo hago para que no les falte nada…

__ Y ahí vas de nuevo…

__ Porque quiero que lo entiendas…

__ Y lo entiendo, solo que a veces se te olvida que nos falta lo màs importante: un padre…– Eso lo hizo quebrarse…

__ Hija…– Suly no lo dejó terminar cuando dijo las palabras que dieron por cerrada esa conversación…

__ Yo ya no te necesito, las únicas personas que necesitaba se fueron… pero si tu intención es pagar tus culpas, tal vez Lía aun necesite que la lleven a la escuela, que la consientan, que festejen sus logros y que la quieran… No cometas con ella el mismo error que cometiste conmigo… porque te aseguro, que algún día ella tampoco necesitará que llegues a arrepentirte, ya habrá salido adelante sola…igual que lo hice yo…
      
Él se fue sin decirle nada más, como siempre, él nunca decía nada, nunca hacía nada, simplemente se esmeraba en mantener un falso matrimonio y una falsa familia, la verdad no le importaba…o al menos eso pensaba su hija.
      
Dos días después las discusiones volvieron a invadir el apartamento con el regreso de su madre. Desde la sala se escuchaban los gritos de ambos provenientes de su habitación, Suly le pidió a Lìa que se encerrara en su cuarto y se pusiera los auriculares, una vez la niña la obedeció se dirigió a la puerta de la que provenía la discusión.  

__... ¿Te parece poco lo que hiciste? – Gritaba su padre furioso – fuiste a ver a tu madre para decirle que las niñas no la necesitaban… después de tantos años Sophìa…– eso hizo que Suly se quedara muy quieta.

__ Es mi madre…puedo visitarla cuando yo quiera…ese no es tu problema Rafael…– Gritó perdiendo los estribos.

__ Es mi problema porque llevas años mintiéndome, mintiéndole a Suly, Doña Elena sí quería quedarse con ella, sí se preocupó por contactarla, fuiste tú la que no se lo permitió…
       
Esas palabras le dolieron a Suly hasta lo más profundo de su ser… las lágrimas se le escapaban solas, no tenía fuerzas para nada màs, su vida entera había sido una mentira, todo lo que le habían dicho, todo lo que había creído y hasta que su abuela no había querido saber nada màs de ella…

__ Si Suly es una rebelde es por su culpa…

__ Suly no es ninguna rebelde, y tu madre hizo lo que tú nunca fuiste capaz de hacer…– Suly dio un brinco cuando sintió el estruendo de la bofetada que su madre le dio.

__ Sabes perfectamente que Suly llegó para ser un estorbo Rafael, fue un error, éramos demasiado jóvenes, yo tenía sueños, ella llegó a arruinarlo todo…

__ ¿Por qué no aceptas de una buena vez que fue lo que en realidad pasó? Di que el problema no fue el tiempo, sino que no querías tener una hija conmigo, por eso tampoco quieres a Lìa.

__ Mejor acepta que fuiste tú el que nunca me quisiste, por eso te fuiste con Tamara.
      
Suly se sintió incapaz de seguir escuchándolos, se dirigió inmediatamente a la habitación de Lìa que permanecía con los auriculares puestos, la levantó en brazos y salió con ella del apartamento, en cuestión de segundos estaba en el único lugar donde algo era verdad…Doña Lidia se hizo cargo de su hermana y permitió que Suly se recostara en el cuarto de Iván, él no estaba en la casa pero la chica necesitaba estar lejos de todo, la señora a la que siempre había considerado parte de su familia le preparó un té, tras tomárselo Suly logró quedarse dormida.
      
Para cuando Iván llegó ya era casi de noche, su abuela estaba jugando con Lìa en la sala, se hizo una seña hacia su habitación y sin necesidad de nada màs ya sabía que había pasado algo. Cuando entró ella estaba sentada en su cama, abrazando sus rodillas y llorando sin parar… a penas lo vio se levantó y corrió a abrazarlo, él no dije nada, solo le correspondió, así estuvieron unos largos minutos en los que ella respiraba entrecortadamente en medio de sollozos, después de lo que pareció una eternidad se fue calmando poco a poco hasta que se separó, luego se secó las lágrimas y mucho más tranquila le contó lo que la tenía así.
      
Esa noche se quedó ahí con él, abrazándolo hasta que terminó por quedarse dormida mientras él le acariciaba el cabello. A la mañana siguiente fueron juntos al colegio, Iván estuvo a su lado todo el día, pero en la tarde tenía ensayo y ella misma le pidió que la dejara sola. Estaba a punto de salir cuando sintió nuevamente como sus manos temblaban, su respiración iba a cien, y ella ya no era capaz de controlarla.

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