La guerra de dragones fuego y sangre

capítulo 71

Narrador: La victoria de Sir Cruz sobre el rey no-muerto Darlucar había sido un duro golpe para las fuerzas de la oscuridad. Sin embargo, la guerra aún no había terminado. Los no-muertos restantes se reagruparon bajo el liderazgo de la hechicera Necrotia, decididos a vengar la muerte de su rey.

Necrotia: "No lloren por Darlucar. Su sacrificio no fue en vano. Su muerte ha dado paso a una nueva era de oscuridad. ¡Levantémonos y acabemos con lo que él comenzó!"

Narrador: Las palabras de Necrotia encendieron un nuevo fuego en los corazones de los no-muertos. Con renovada determinación, lanzaron un nuevo ataque contra los reinos vivos.
En el campo de batalla, la princesa Keita y Atreus luchaban junto a sus dragones. El amuleto de la reina elfa brillaba con fuerza, protegiéndolos de la magia oscura de Necrotia.

Princesa Keita: "¡No permitiremos que la oscuridad vuelva a apoderarse de nuestros reinos!"

Caballero Atreus: "¡Lucharemos con valor y honor! ¡Por la luz y la esperanza!"

Narrador: De repente, un rugido ensordecedor resonó en el cielo. Un dragón negro colosal, con escamas como la obsidiana y ojos que brillaban como brasas, se elevó desde las filas de los no-muertos. Era el dragón de Necrotia, una criatura de inmenso poder y maldad.

Necrotia: "¡Mi fiel compañero! ¡Desata tu furia sobre estos mortales y sumérgelos en la oscuridad eterna!"

Narrador: El dragón negro rugió de nuevo y se lanzó hacia los dragones de Keita y Atreus. La batalla que siguió fue épica. Los dragones luchaban entre sí, escupiendo fuego y garras, mientras los guerreros de ambos bandos se enfrentaban en un combate cuerpo a cuerpo.
El dragón rojo de Keita rugió de dolor al ser alcanzado por una ráfaga de fuego negro del dragón de Necrotia. Atreus y su dragón también estaban en apuros, superados en número y poder por las fuerzas de la oscuridad.
Justo cuando todo parecía perdido, un nuevo rugido resonó en el cielo. Un dragón blanco  con dorado más grande y poderoso que cualquier otro, apareció en el campo de batalla. Era el dragón de la reina elfa, despertado de su largo sueño por el amuleto mágico.
El dragón dorado se lanzó hacia el dragón negro, y ambos se enzarzaron en una batalla titánica. Sus garras y colmillos chocaron, y el cielo se iluminó con su fuego.
En la tierra, los guerreros de ambos bandos se detuvieron para presenciar la batalla entre los dragones. Sabían que el destino de la guerra dependía de su resultado.
El dragón blanco con dorado luchó con valentía, pero el dragón negro era un enemigo formidable. Poco a poco, el dragón dorado comenzó a debilitarse, y parecía que la oscuridad iba a triunfar una vez más.
Pero en ese momento, Keita y Atreus, inspirados por la valentía del dragón dorado, lanzaron un ataque desesperado contra Necrotia. La hechicera, sorprendida por su ferocidad, no pudo defenderse y fue derribada de su montura.
Con Necrotia derrotada, el dragón negro perdió su poder y se retiró del campo de batalla. Los no-muertos, desmoralizados y sin líder, huyeron en desorden.
La batalla había terminado. Los reinos vivos habían ganado, gracias al valor de Sir Cruz, la princesa Keita, Atreus y el dragón dorado.
La guerra había dejado cicatrices profundas en los reinos, pero también había demostrado la fuerza del espíritu humano y la esperanza de un futuro mejor. Un nuevo amanecer se acercaba, un amanecer lleno de paz y prosperidad.

Continuará