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Los besos en el sofá de la casa fuero solo el inicio de ese desesperado deseo que ambos comparten. Las caricias en sus cuerpo encendieron rápidamente la necesidad por probar el sexo, por saber si encajan, por saber si el otro es como piensan. Los pasos firmes de HyunJin y la fuerza con la que JeongIn se aferra a él los hicieron llegar a la habitación de HyunJin por ese pasillo con el JeongIn tenía curiosidad. El mayor abrió la puerta como pudo y aun con el chico en sus brazos coloco el seguro, no quería que Chenle se llevara una sorpresa de esa a esa pequeña y dulce edad.

Al llegar a la cama, bajo a JeongIn y le quito la camisa blanca, JeongIn le quito el saco y entre jalones y besos urgidos terminaron desnudos sobre la cama, HyunJin entre las piernas de JeongIn, apretando sus muslos y empujándose contra él sin penetrarlo realmente. JeongIn tenía sus manos aferradas al cuello del mayor y lo besa para callar su necesidad y urgencia por fundirse completamente con el mayor.

El sudor, los jadeos y el sonido de sus cuerpo al chocar despertaron completamente a JeongIn, y HyunJin aprovechó para empezar a masturbarlo con demasiada rudeza, aun así, el menor no paraba de gemir. Parecía que le gustaba esa brusquedad y a HyunJin, sinceramente, también. No espero más y de su cajón junto a la cama saco un paquetito plateado al igual que el lubricante qué le quedaba, se puso un poco en su intimidad y luego se colocó el condón. JeongIn ni siquiera se atrevió a mirar lo que le esperaba porque él placer se lo negaba. Estaba tan caliente y necesitado qué solo quería tener al mayor dentro suyo y ya.

Ya podría quejarse al día siguiente. Por ahora necesitaba tener el sexo el mayor jodiendole el culo con tanta fuerza qué a ambos les costará contener sus gemidos.

-Muy bien pequeña puta, te daré lo que necesitas. - HyunJin abrió las piernas de JeongIn y sin decirle más metió su intimidad en él. Los gesto qué Yang hizo, el lloriqueo qué le regalo y los rasguños a sus brazos le confirmaron qué fue simplemente perfecto. Los ojos del menor cerrados y sus labios abiertos fueron arte, las uñas marcadas en sus brazos y la forma en que le tiemblan las piernas le dieron todo el pase a moverse.

Fuerte y profundas embestidas hicieron a JeongIn gemir, gritar y chillar, suplicar y mencionar a todos los dioses y demonios del mundo porque entre sus piernas tenía al mismísimo diablo follandole como jamás lo hizo nadie antes. Y cuando quiso subir sus brazos al cuello del mayor, HyunJin lo sujeto con fuerza al colchón, mirándolo fijamente le dio la orden en silencio: "No te atrevas a moverlas" y él obedeció.

-¿Esto te gusta, mi pequeño fácil? ¿Te gusta como mi pene está en ti? - JeongIn asintió con el cuerpo completo caliente, con su cerebro desconectado de todo y sintiéndose totalmente encantando con el trato que estaba recibiendo. Esas palabras tan despectivas y denigrantes jamás fueron tan caliente como ahora que Hwang HyunJin se las está diciendo mientras tienen sexo como enfermos. - dale la vuelta, zorrita. - HyunJin salió de su interior y JeongIn se dio la vuelta como pudo porque a pesar de que acaban de empezar con su juego, a él ya le tiemblan todo el cuerpo por completo. Así que, apenas se da la vuelta, siente una fuerte nalgada, luego la intimidad del mayor entrando una vez más y por último un, para nada delicado jalón a sus cabellos. - vamos, Innie, grítale al mundo lo mucho que te gusta mi pene. Grita el nombre de tu dueño, mascota.

-¡Oh por dios! - chillo con fuerza. HyunJin le dio otra nalgada sin detenerse en su penetración porque eso no fue lo que le ordenó qué dijera.

-Grita mi nombre, JeongIn. - exigió golpeando con fuerza el interior del menor. - ahora, zorra.

-¡Hyu-hyunjin! - chillo. - sigue, sigue, hazme tuyo por completo. Quiero ser tuyo siempre. Quiero ser tu mascota, HyunJin.

HyunJin sonrió satisfecho, lo libero del cabello, pero a cambio, sujeto con necesidad las caderas de JeongIn mientras aumenta la fuerza y profundidad de sus penetraciones. Más gemidos, más lloriqueos y por supuesto más incoherencias se escuchaban en esa habitación, el chocar de sus cuerpo con desesperó y la cama volviéndose un desastre para ellos. Simplemente maravilloso.

JeongIn no podría salir de esos brazos, de ese sexo y mucho menos de esa necesidad por ser humillado en la cama. Va a quedarse ahí todo el tiempo no importa que pierda después, no importa si solo es el juguete de un tiempo de HyunJin porque él está dispuesto a ser su juguete, su puta personal o su mascota. Va a complacerlo en todo, aún si así, eso implica volver a perder con su padre.

-Vamos, Innie, córrete, puta de primera. - JeongIn mordió la almohada con fuerza aun gimiendo, aun sintiéndose más que estimulado, su interior realmente estaba sensible, todo su cuerpo en realidad así que no le costó absurdamente nada correrse sobre el colchón, pero eso solo fue el comienzo para él, porque apenas su cuerpo se sintió más débil, HyunJin lo giro, encontrándose con el perfecto desastre qué el menor era. Cabello revuelto, mejillas rojas, ojos cristalizados por el placer y los labios hinchados de tanto que se los mordió. HyunJin no pudo evitarlo, lo beso una vez más. - eres malditamente perfecto, Yang JeongIn. Y eres mío.

JeongIn sonrió al mismo tiempo que HyunJin se corre en su interior, llenando el condón. Las caricias después del sexo le sorprendieron al menor, los besos en sus mejillas y la forma en que Hwang HyunJin lo mira no fuero nada parecido a lo que segundo atrás estaba haciendo con él. Su corazón iba a ilusionarse con él y eso es último que desea porque ya no quiere enamorarse de nadie más nunca más. Suficiente tuvo con Taehyun en la Preparatoria, como para volver a pasar por ello ahora.

-Quiero bañarme. - dijo alejándose un poco del suave tacto de HyunJin, pero ni siquiera pudo hacerlo porque todo su cuerpo está temblando por el reciente sexo. - mejor espero un poco.

-Ven, todavía no termino de tocarte. - JeongIn asintió y se acercó a HyunJin aún con el corazón en la garganta. Recibió otro beso en los labios, con la lengua del mayor de por medio y sus manos apretándole el trasero. Otro gemido escapó de él y otra sonrisa escapó de HyunJin. - eres mío, JeongIn, completamente mío.

-Claro. - le respondió levantando la pulsera en su manos izquierda. - estoy encadenado a ti, literalmente. - sonrío.

-Quiero tocarte, JeongIn. - le respondió después de volver a besarlo. - quiero tocarte todos los días. Quiero complacerte en cada capricho así que no dudes ni un segundo en pedirme lo que quieras.

-¿Lo que quiera? ¿No importa que sea? - HyunJin asintió acariciando su mejilla sin alejar su vista de él. - Hmm, ya pensaré en algo, por ahora gracias por la pulsera, está muy bonita.

-No es nada. Ahora vamos a limpiarte para dormir un poco.

-No, aún no. - respondió subiendo en el mayor. - voy a comerte, HwangHyunJin.

Y sonrió. Dejándose hacer por ese chico de cabello azul qué tiene su cara entre sus piernas mientras le regala la primera mamada. Y HyunJin no evitó enredar sus dedos en esos cabellos azules y tirar de ellos con fuerza para hacerle ver que lo disfruta como nunca disfrutó nada antes.

Director HyunJin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora