Nunca Dije Nada {NDN#1}

Capitulo X

Capitulo 10 - Reparto de invitaciones

No podía dormir. Llevaba horas y horas dando vueltas en la cama sin poder dormirme. Miré el reloj que había sobre la mesita de noche.

Tres y media, perfecto.

Escuché un ruido proveniente del pasillo.

Y ahora este.

Salí de la habitación encontrándome con Lucian tirado en el suelo. -¿Se puede saber que haces ahí?

-Shh... Vas a despertar a mi mujer.

-Por si no te has dado cuenta, estoy despierta. -Dije ayudándolo a levantar.

-No sabia que los algodones de azúcar hablaban. -Rió y yo rodé los ojos. -Venga, di algo.

-Estás tan ebrio que ni sabes quien soy. -Dije arrastrándolo a la habitación. -Camina.

-¡Hey! ¡Eres un algodón de azúcar malo!

-Dejate de gritar. Despertarás a Daniel. -Dije tirándolo en la cama. -Estate quieto, Lucian.

-No quiero dormir, Lenna.

-¿Ya me reconoces?

-Claro. Eres la chica que va a las terapias con Alejandra ¿verdad? - Abrí los ojos como platos al oír eso. -Lo que me hace pensar en que hago aquí y no en mi casa.

-¿A dónde vas? -Pregunté al verlo ponerse de pie.

-A mi casa. Alex me tiene que estar esperando. Está embarazada ¿Lo sabias?

-¡Ya callate, Lucian!

-¿Por qué lloras? -Preguntó sentándose a mi lado. -¿Sabes algo?

-¿Qué? -Pregunté limpiandome las lágrimas.

-Te amo. Y me alegra que tu padre nos obligara a casarnos. - Dijo antes de acostarse en la cama y quedarse dormido.

•••

-Si. Gracias. -Dije y colgué dejando el teléfono sobre la mesa.

Había llamado a Lauren y a la secretaria de Lucian para avisar de que no iríamos a trabajar.

Me dirigí a la cocina donde Marta ya tenia preparada la bandeja que minutos antes le había pedido que preparará con el desayuno.

-¿Desea algo más?

-No. Gracias, Marta. -Cogí la pastilla para el dolor de cabeza de Lucian y poniéndola sobre la bandeja, me dirigí a mi habitación con esta última en las manos.

Al llegar, Lucian no estaba en la cama, por lo que supuse que estaba en el baño. Dejando la bandeja a un extremo de la cama, caminé hasta el baño donde Luc estaba apoyado en el lavamanos.

-¿Cómo te sientes?

-Mal. Hay un ligero pitido en mi cabeza.

-Por lo menos no es un martillo. -Reí por la broma. -Te traje una pastilla para el dolor. Toma.

Caminé hacia la cama y Lucian se sentó en ella para tomarse la pastilla y el vaso de agua. -Lo siento por lo de anoche. ¿Te dije algo estúpido?

-Si con estúpido te refieres a llamarme algodón de azúcar. No, no dijiste nada estúpido. -Sonreí y el enarcó una ceja.

-No me acuerdo de eso. -Abrió un bote de mermelada para juntar con las tostadas. -Aunque si me acuerdo de caerme al suelo.