Capitulo XLI

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Capitulo 41 - Mal de amores...

-Emily.

-Yo, ya dije que no llegüe tan tarde.

-Lucian...

-Callate, Lenna. -Lo miré ofendida pero él seguía pasando de mi. -Mientras estés bajo mi techo, me gustaría que no te sobrepasaras con los horarios. Si tú padre se entera me mata.

-My father will not find out.

-Eso espero y que no se vuelva a repetir. -Emily asintió algo cabizbaja y subió las escaleras, supongo que para dirigirse a su habitación.

-No puedes tratarla así. Ya te dije el otro día que no es tú hija.

-Lo sé, pero está bajo mi responsabilidad.

-No digas bobadas, Lucian. Ella es mayor de edad y puede hacer lo que quiera con quien quiera.

-No quiero discutir, Lenna.

-¡Claro, primero tiras la piedra y luego escondes la mano! -Grité ya que estaba caminando rumbo a su despacho. -Capullo...

-¡Apullo! -Abrí los ojos como platos al oír a Elliot.

-Eso no se dice, Lelli.

-¿Apullo?

-Shh... -Lo mandé a callar haciéndolo reír. Sólo a mi se me ocurre decir malas palabras delante de él. -¿No quieres dormir un rato?

Negó con la cabeza mientras sacaba la lengua para enseñarla. -Eso se llama lengua.

-En gua.

-Si, lengua. Y sirve para saborear las cosas.

-O chas.

-Uh, ¿Qué estas hoy, de loro?

-¿Ollo?

-Si, en un hoyo te voy a meter yo a ti. -Reí mientras lo cogía en brazos para subir a la habitación de los juguetes donde Daniel, Maria y Elián jugaban con unos coches de plástico.

-¡Mami!

-Vengo a buscar a Elián. Hora de dormir.

-¿Tan pronto?

-Van a dormir la siesta, Dan.

-Ah, vale. -Se giró hacia Maria para seguir jugando.

-¿Quiere que la ayude a llevar a los niños?

-No, no te preocupes. -Acomodé mejor a Elliot en el brazo derecho y con el brazo izquierdo cogí a Elián para llevarlos a la habitación.

-Apullo.

-No le digas eso a tú hermano, Lelli.

-¿Apullo?

-Chi, Apullo. -Volvió a decir Elliot respondiendo a la pregunta de Elián.

-Dios, eso no se dice. Yo hablo chino ¿o qué? -Dejé a los dos niños sobre una de las camas, para quitarles los zapatos y acostarlos. -Ahora a dormir.

-Ñoo.

-Elián, no vayamos a empezar. -El niño hizo un puchero igualito al de Lucian y Daniel. -No voy a cogerte. Hay que dormir y después ya seguimos jugando.

Nunca Dije Nada {NDN#1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora