Jin es un ex-idol y actualmente es un afamado actor de k-dramas, tiene todo lo que cualquier hombre de su edad desearía, fama, dinero y miles de mujeres haciendo fila para tener una oportunidad con él. Pero ser una celebridad y ser mujeriego no es...
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-Buenos días - respondí.
-hyung... ¿Quieres desayunar algo?- le preguntó Tae-hyung a lo que él le respondió negando con la cabeza.
-Solo espero que dejes limpio éste reguero- le reclamó.
Pude sentir la tensión entre los dos, lo único que quería era salir corriendo de ahí y desaparecer, pero obviamente no podía.
Si había decidido quedarme con Tae-hyung y olvidarme del señor Kim debía ser lo suficientemente madura como para afrontar situaciones como está de ahora en adelante.
El teléfono de mi novio empezó a timbrar.
-Es importante... debo responder- dijó en un tono casi excusando por salir del apartamento y dejarme sola con su hermano mayor.
Yo solo asentí en señal de aprobación.
Jin solo se aseguró que su hermano menor había cerrado la puerta para acercarse a mi.
-Sabes mocosa, no imaginé que fueras así...-
-¿Así cómo!?- pregunté en un tono firme.
-¡Una maldita perra!!!-
Al escucharlo llamarme así, ni siquiera lo pensé y de forma instantánea le acomode una bofetada en el rostro.
-¿Qué muy ofendida!!!? La verdad duele señorita... Solo una perra se metería con dos hermanos...- riéndose sarcásticamente y sobando su mejilla por el golpe.
Decidí ignorarlo, me di la vuelta y me dirigí a la habitación de Tae-hyung para cambiarme y largarme de ese lugar.
Pero él me siguió y sujetándome con fuerza del brazo me detuvo.
-¿A dónde crees que vas mocosa? No te irás sin escuchar antes todo lo que tengo para decirte!!!-
-¡¡Suélteme!! Me está haciendo daño...-
-No más que el daño que nos estás haciendo tú!!!-
- ¡Suéltala Jin!!!- exclamó Tae-hyung detrás de él, que ya había regresado de atender su llamada.
Jin me soltó y Tae-hyung se acercó a mí, revisó mi brazo y me preguntó si estaba bien, a lo que respondí que si.
Jin se tiró una carcajada... -Claro que está bien... No le hice daño a tu noviecita, en cambio ella a mí si... Mirá....- dijó enseñándole su mejilla roja con mi mano marcada.
-¿Le pagaste!?- me preguntó Tae asombrado.
-Si... Lo siento...- dije haciendo una reverencia.
-Tranquila... Eso no duele tanto como lo demás que me haz hecho mocosa... Y tú abre los ojos... Esta mujer es una perra!!!- volvió a decir.
