Capítulo XXVII

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𝙳𝚎𝚜𝚌𝚊𝚗𝚜𝚊 𝚎𝚗 𝙿𝚊𝚣.
𝚂𝚎𝚖𝚊𝚗𝚊: 𝚂𝚊𝚋𝚊𝚍𝚘.
𝙷𝚘𝚛𝚊: 8:00𝚊𝚖.

El día de ayer Nahomi no quiso celebrar su cumpleaños. Quería consolar a Karina y animarla un poco. Se volvieron muy unidas. La encargue a ella y a Irene darle de comer. Ya que no quería, insistí que comiera algo y aceptó. Le dije que iría de viaje con sus padres y con Joel para buscar unas flores preciosas para la ceremonia de Tata. Para mí madre fue una sorpresa al verme llegar en su tienda, pero al mismo tiempo tomo la compostura correcta y dio sus condolencias a la pareja Salcedo. Tomamos varias flores artificiales entre todos y Joel pago, como buen yerno je je. El mismo día volvimos.

Ahora estoy aquí, mejor dicho, estamos todos aquí, todos reunidos, unidos al duelo y el dolor de la familia Salcedo Corsetti. Irene, Angelo y el señor Adriel también se unieron a nosotros. Y se los agradecí. Algunos familiares, amigos e invitados daban palabras de ánimo y hablaban un poco de Dios. La señora Salcedo y yo hicimos un hermoso trabajo con las flores y en medio de ellas se encontraba una foto de Tata. Sentada en una mesedora con una sonrisa de oreja a oreja.

-Y ahora con ustedes la señorita Bataglia- dice el presentador de la ceremonia mientras el público dan aplausos.

-Es tu turno, linda- dice Irene a mi lado.

La miro y asiento con nerviosismo. Me pongo de pie y camino hacia el púlpito. Estaba en la quinta fila y sentí todas las miradas en mí. Ok, ahora estoy súper nerviosa, tengo ganas de vomitar y las manos me sudan. Algunos me regalaban sonrisas y otros lloraban. Ya cerca, subo los 3 escalones y el presentador me da el pase. Colocó el papel en el púlpito y respiró profundamente.

-Buenos días- sonrió apenada mientras tengo la vista fija en el papel -Ok, soy primeriza en esto- hago una mueca.

Todos empiezan a reírse.

-¿Quieres un poco de agua?- me pregunta el presentador.

Me alejo del micrófono -Si, por favor y gracias.

Él asiente y se aleja. Tomo nuevamente la compostura y levanto la mirada al público. Veo que el señor Adriel, Irene, Angelo, Karina, los padres de Karina, Nahomi y Joel me dan ánimos. Sonrió inocentemente y pienso antes de hablar.

-Bueno, como ya lo saben, soy primeriza en esto. Ya que, hace 3 años atrás, me tocaba dar unas palabras a mi mejor amiga- suspiro -Pero, no pude. Espero no me jale los pies en la madrugada- sonrió y el público se une conmigo.

El presentador se acerca con un vaso de agua y lo tomo. Le susurro un gracias y el asiente. Tomo un sorbo y lo coloco en el púlpito.

-Les contaré algo, antes de empezar a leer esté hermoso capítulo de la biblia que Tata ama tanto, porque siento un gran remordimiento al no contarlo- respiro profundo -El día Jueves, había llegado de viaje. Estaba visitando a mi madre, que por cierto, pueden seguirla en Instagram como @FlowerB- señalo las flores que había traído de su tienda-Ok, creo que no es buen momento- el público empieza a reírse -Prosigo, vine a visitar a Tata, ya que, me habían avisado que sufrió un desmayo y no dude en llegar hasta acá. Anhelaba verla y charlar un poco, pero el Doctor me dijo que no podía, que lo mejor era verla al otro día- niego con la cabeza -No tenía otra opción que esperar al siguiente día. Iba de camino hacia la mansión Russo. Me acuerdo que la limusina se había detenido a unos metros del portón. La familia Russo tenía una sorpresa para mí, pero antes de verla tenían que cubrir mis ojos, no me gustó mucho la idea y acepté. Lo que no sabía es que, en ese momento tuve un ataque de ansiedad.

Al decir eso último, las personas empezaron a murmurar e intercambiar miradas. Me sentí incómoda al principio, pero después entendí que ya era normal y que pronto estaría mejor haciendo las técnicas que me recomendó la Doctora Dulce.

Todo tiene su TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora