Capítulo XVII

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𝙳𝚒́𝚊 𝚍𝚎 𝙿𝚒𝚜𝚌𝚒𝚗𝚊
𝙷𝚘𝚛𝚊: 9:08𝚊𝚖
𝚂𝚎𝚖𝚊𝚗𝚊: 𝙼𝚒𝚎𝚛𝚌𝚘𝚕𝚎𝚜.

Ayer.. bueno hoy en la madrugada, Eliot se tenía que ir. No quería causar problemas cuando saliera el sol y nos encontrarán juntos en la cama. Así que, busque rápidamente una bata de baño y lo acompañé hasta la salida de abajo. No había pasado nada del otro mundo, solo hubo caricias, besos desesperados, toques, jadeos y ya, no perdí mi dignidad... aún. Ya en la puerta, él me beso y me decía que le haré mucha falta, le dije lo mismo y nos besamos por última vez, mientras se alejaba, se dió cuenta que no tenía otra opción que saltar la reja, casi se le queda el pantalón enganchado, tenía que contener la risa, porque sino iba a despertar a medio barrio. Ya él, agarrando su camino, caminé sigilosamente hasta mi habitación, lo imaginaba, tocando mi cuerpo, besándome deseoso, apasionado, sonreí de oreja a oreja, me tumbo en la cama y en un dos por tres caigo en un sueño.

Alguien jala con fuerza la sábana que me tenía cubierta de pies a cabeza. Un poco de resplandor de la mañana hizo que mi cara se arrugara y me cubro la cabeza con la almohada. Siento que alguien sube a la cama y empieza a brincar.

-¡Bue-nos di-as!- dice mientras brinca y se tumba de golpe a mi lado -¿Cómo amaneces?- susurra.

-Con ganas de seguir durmiendo- digo irritada mientras tengo la almohada encima de mi cabeza.

-Oh vamos Darita, son las- guarda silencio por unos segundos -9:08 de la mañana... ¿Irene? ¿No crees que es hora de levantarse?- le pregunta en un tono triste.

-La verdad, sí- se ríe bajo.

-Asi qué- se pone de pie en la cama y empieza a brincar, de nuevo -¡A-RRI-BA DOR-MI-LO-NA!- grita.

Gruño y le lanzo la almohada que cubría mi cabeza -¡Deja de brincar!- me levantó con pereza.

-Eso- aplaude mientras se baja de la cama y se coloca al lado de Irene.

-Buenos días Dara- Irene hace reverencia con la cabeza y me sonríe.

-Buenos días- bostezo y estrujo mis ojos -Irene.

-Joel me comento que te irás hoy a Canadá, te consiguió un boleto pero, para la tarde, cómo a las 5:00- sonríe sin ánimos -por eso quise levantarte temprano, para tener un lindo día de mejores amigas hasta las- ve su reloj en la muñeca y fija su mirada en mí -11:00 y después, puedes pasar el día con Tata y Karina.

El sueño se me había quitado de golpe. ¡Cierto! Hoy iré a visitar a mi madre. Sentí que mis ojos se cristalizaron, Nahomi e Irene se acercaron y ambas me dieron un abrazo de oso con mucho amor.

-Gracias por despertarme.. Yo..- me levanto de golpe y tomo mi teléfono de la mesita de noche -Oh no no no ¡Llegaré tarde!- me alejo de ellas y voy al armario en busca de mi uniforme del trabajo.

-¿Llegarás tarde a dónde?- pregunta Irene confundida.

-Al trabajo- digo mientras lanzo ropa fuera del armario -Pero ¿donde está?- susurro.

-Dara, yo le dije a Joel que te diera este día libre. Además, te irás a Canadá hoy ¿Recuerdas?

Me detengo de golpe ¡Cierto! Que tonta soy. Caigo de rodillas al suelo, extrañaré mucho París. Suspiro con melancolía.

-No te sientas tristes- Nahomi se agacha a mi lado -No tienes que durar mucho tiempo allá. Acuérdate que mi cumpleaños es en unas semanas- aprieta un poco mi hombro.

-Cierto- susurro.

-Ok, ya fue suficiente- volteamos de golpe -Nada de caras largas y ni lágrimas ¿Me explico?-nos señala y ambas asentimos con la cabeza -Bien, es hora de bajar. Creo que ya Angelo termino de llenar la piscina- sonríe y sale de la habitación.

Todo tiene su TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora