Capítulo XXII

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𝙵𝚊𝚖𝚒𝚕𝚒𝚊 𝚅𝚒𝚗̃𝚘𝚕𝚎𝚣
𝚂𝚎𝚖𝚊𝚗𝚊: 𝙼𝚊𝚛𝚝𝚎𝚜
𝙷𝚘𝚛𝚊: 5:58𝚊𝚖

-¿Que opinas de este vestido?

Despegó la mirada de la revista y la analizo de pies a cabeza. Era un vestido de tiritas color negro, le llega un poco arriba de las rodillas, se ajustaba bien a su cintura diminuta.

-¿No crees que es muy... provocador?- arrugo la cara.

Se da media vuelta y se ve al espejo -La verdad, no. Me veo sexy- hace un baile sensual.

Empiezo a reírme.

-Entonces, será este- aplaude entusiasmada y se pierde al cuarto de baño.

Niego con la cabeza y sigo leyendo la revista. Pasaron unos minutos y Elena sale del baño con el vestido en sus manos, ahora tiene puesta su pijama de dormir. Lo coloca en un cajón y se acerca a la cama.

-¿Que lees?- se tira a la cama.

Le enseño una página -¿Leer o ver?- estaba viendo unas imágenes de chicos modelando ropa.

-Perversa- se ríe

-Nada de eso- ruedo los ojos y me río.

-¿Dar?

-¿Ujumm?

-¿Que harías si muero?

Su pregunta me dejó fuera de base y mis ojos se abrieron de par en par. Me levanto de golpe y dejo la revista en la mesita de noche.

Poso mi mirada en ella -¿Por qué haces esa pregunta, Elena? ¿Estás en peligro?

Ella se sienta en la cama, modo indio -No. Solo quiero saber- sonríe inocentemente.

La fulminó con la mirada y niego con la cabeza.

-Respóndeme- empieza a sacudirme.

La detengo -La verdad no lo sé. Si te diría la reacción que tomaría en este instante, al enterarme que estas muerta, ni que Diosito lo quiera- respiro profundo -seria llorar.

Ella frunció el ceño -¿Llorar? ¿En serio?

Me sorprendo por su reacción -¿Que?

Ella niega con la cabeza -No quiero que me llores cuando me visites en el cementerio ¿ok?- dice irritada mientras se levanta de la cama y se agacha en busca de algo.

Quedó petrificada por su respuesta -¿Por qué?

Levanta su cabeza - Porqué es lo típico en esta tierra cuando muere alguien. Tienes un accidente o te matas o te matan, lloras, te velan, lloras, te entierran, lloras, visitas al muerto, lloras. Es cómo un ciclo y yo, quiero romperlo- vuelve a lo que estaba haciendo.

Proceso todo lo que me acaba de decir. Ella se pone de pie con una cajita en sus manos. Limpia un poco el polvo que tiene sobre ello y lo coloca en la cama. Lo abre con delicadeza. Me acerco un poco, tiene algunas hojitas, detalles pequeños... Veo que aún tiene la nota donde le agradezco por salvarme la vida. Sonrió.

-Aquí está- alza un papel doblado.

-¿Qué es?- lo miro con curiosidad.

-Es lo que me leerás, las veces, que me visitaras en el cementerio- me lo extiende.

Trago con dificultad y lo tomo. Empiezo abrir el papelito con cautela. Lo repaso un poco y arrugo la cara.

-No pienso leerte esto, Elena- la fulminó con la mirada.

Todo tiene su TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora