Pasiones Destructivas

Capítulo 17

4:50 p.m.

Paris

Calisto

Después de regresar de comer, me di una larga ducha y desempaque un poco para elegir algo bonito para ponerme, pero e definitiva estaba fallando, no empaque nada adecuado para una fiesta, ni si quiera se me ocurrió meter algún vestido que no pareciera para ir a la iglesia – irónico ¿no? la que está de gira con una banda que se hace ver ente el mundo como ocultista – pensé, al ver que no lograría nada con mi maleta de monja, me dispuse a tomar mi maquillaje y lo necesario para arreglar mi pelo e ir a la habitación de Flo.

Le diría que, si me prestaba algún vestido, aunque conociéndola seria en definitiva un putivestido.

Al llegar toque la puerta y de inmediato me abrió

Crista se encontraba tirada en la cama de Flo mientras veía su celular.

-Qué bueno que llegas hermosas, te estábamos esperando. – Habló Flo mientras me pasaba, por un lado.

-Siento la demora, es que no encontré que ponerme, ¿crees que puedas prestarme algo?

-Claro baby, escoge lo que gustes.

-Mil gracias.

Y sin decir nada más, todas no acomodamos en alguna parte de la habitación para comenzar a arreglarnos.

Comencé por rizar mi pelo para poder dejarlo suelto toda la noche. Después de unas cuantas quemadas, unas quince canciones de la playlist improvisada que habíamos hecho las tres y toneladas de fijador para que no se me deshicieran los risos, por fin termine de darle forma a mi pelo.

Con la espalda sudada y estresadísima por la guerra concluida con mi pelo, fui a tomar un refresco del frigobar que se encontraba en la esquina del cuarto para así refrescarme un poco.

Seguí con mi cara, la prepare con mis cremas y todos los productos necesarios para que el maquillaje durara hasta que me desintegrara por la cruda que seguramente voy a traer mañana.

Delinee mis ojos de color azul y me coloque un poco de iluminador en el lagrimal y en las mejillas.

Por último, humecte un poco mis labios y aplique mi labial rojo.

Terminé sellando todo el maquillaje y me dispuse a buscar algún vestido en la maleta de Flo.

-Okey chicas, necesito su ayuda. Estoy entre el rojo si espalda, el blanco entubado o el azul semi transparente.

-El blanco entubado.

Dijeron las chicas a la par.

-¿seguras?

-Si, mira el rojo es lindo, pero no queda con tu pelo suelto y el azul es bonito, pero se ve más elegante, no va tan acorde con la ocasión. – Me explico Flo.

-Pues el blanco será, graciaaas.

Tomé el vestido y me metí al baño a cambiarme

¡Santo cielo!

El vestido se me veía muy hermoso, apretaba lo que tenía que apretar y dejaba todo en su lugar y resaltaba mis caderas.

Sali del baño deslumbrada por lo bonita que me sentía y me veía.

-Wow chica, te ves preciosa! – Exclamó Crista.

-Y mira esas tetas que te cargas mi amor. -dijo ahora Flo.

-oh, ay no sé qué decir. Y me cohibí, pero gracias, chicas. – les dije mientras me dirigía a la puerta. -Espérenme tantito, olvidé mis zapatos, no tardo. Dije y abrí la puerta dispuesta a salir, pero un duro torso se estampo contra mi cara - ¿o fue al revés? – pensé.

-Mierda, lo siento tanto, no te vi...

-Estoy empezando a creer que tienes una obsesión por chocar conmigo changa.

Y tenía que ser este imbécil con el que tenía que chocar

Dios bendíceme más eh. Ya si quieres dame un paro cardiaco o algo.

-Si claro! ¿Qué quieres Jason? estoy ocupada.

-En realidad de ti no quiero nada, vine a buscar a Crista, se quedó con mi chaqueta de cuero y la necesito.

-Oh, pues esta adentro, pasa. – dije antes de hacerme a un lado y caminar hacia mi habitación.

Porque carajos Crista tiene su maldita chaqueta de cuero. Mierda, si esa chaqueta no se la quita ni para dormir seguro. Porque mierda tendría que tenerla Crista.

Es un idiota.

Lo odio tanto.

Me desespera tanto.

Entre a mi habitación y cerré la puerta dando un golpe en seco.

Estaba que ardía en llamas.

Me había encabronado.

Tomé mis tacones y me pare frente al espejo.

-Hoy nadie nos arruinara la noche. Ni si quiera Crista, Estefan o el idiota de Jason.

Hoy me voy a divertir y lo voy a disfrutar sin consecuencias.

Ay me encanto, que ingenua llego a ser a veces.

Antes de salir de mi habitación me coloqué un poco de mi perfume y ahora si armada de valor, salí y fui hacia la habitación de Flo.

Cuando entre solo estaba Flo terminando de subirse el cierre de su vestido.

-¿Me ayudas? Porfis.

-Sip

Me acerqué a ella y le corrí el pelo hacia un lado para subir bien el cierre.

-¿y crista? – pregunte intentando ser cautelosa y que no se notara mi enfado.

-oh se fue hace un momento con Jason, no supe que era lo que quería.

-Bien, ya estas baby. Termina de arreglarte, yo iré a recoger todo el maquillaje y cepillos que deje tirados en el piso.

-De acuerdo.

***

7:23 p.m.

-Chicaaas ya. Corran, quedamos que nos iríamos de aquí a las siete en punto o antes. – Grite intentando apurar a Flo y a Crista que seguían maquillándose.

-Vamos – Grito ahora Florence terminando de colocarse labial.

-Ya, ya estamos.

-Bien, andando.

Bajamos las tres al lobby para encontrarnos con los chicos que ya estaban listos desde hace media hora.

-Hasta que bajan. Ya se nos hacía que nos quedábamos aquí. – Reclamó Chase.

-Lo sentimos, pero ya estamos.

Salimos del hotel y la camioneta ya nos estaba esperando para llevarnos a la dirección que Flo dijo.

***

Al entrar la música retumbaba por los altavoces. El bar era de dos pisos, arriba se encontraban la mayoría de las mesas y abajo estaba una pista de baile bastante grande como para que todo el mundo pudiera bailar cómodamente. Las luces parpadeaban creando un ambiente bastante sensual y divertido.

-Bueno chicos, nos reserve una mesa arriba, así que vayamos a dejar nuestras cosas y pidamos un trago, después venimos a bailar.

Todos seguimos a Flo y subimos a la planta alta.

Al sentarme pedí un Daiquirí y un shot de vodka para relajarme, podía sentir la mirada de Jason sobre mí y yo seguía enfadada – celosa – Por lo acontecido en el hotel.

Cuando mis bebidas llegaron, me tome de un trago el shot de vodka. 

Deje que el líquido recorriera mi garganta dejando ardiendo todo a su paso.

Quise hacer lo mismo con el daiquirí, pero en eso Crista me interrumpió. 

-Vamos chicas, hay que bailar un poco. – hablo Crista mientras nos jalaba a Flo y a mí de la mano, obligándonos a seguirla por las escaleras hasta llegar a la pista.