Capítulo 18

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Antes de comenzar con el capítulo me gustaría recomendar la lectura acompañada de la siguiente cancion, para una mejor experiencia.

[Tambien la puedes encontrar al último de la playlist de Spotify que deje al inicio del libro]

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10:30 p.m.

Continuación...

Calisto

Ya hacia unas dos horas que estábamos bailando en la pista con todos, de vez en cuando hacíamos una pausa para ir a pedir algún trago a la barra, pero siempre regresábamos a bailar cualquier canción que Flo conociera.

Estuvimos así durante un largo rato hasta que mientras estábamos en un descanso tomando vodka, escuche como por los altavoces empezaba a sonar -Got It – de Marian Hill, cosa que por su puesto saco lo último de cordura que quedaba en mí.

Jale a las chicas conmigo hacia la pista y afortunadamente no me dejaron morir y empezaron a bailar junto a mí.

Las luces del bar se atenuaron un poco haciendo que todo el lugar se viera más sensual.

Comencé a cantar junto a mis amigas mientras que meneaba mis caderas de un lado a otro.

Mis manos recorrían mi cuerpo como si necesitaran conocerlo a la medida, toque mi cuello. Alcé las manos moviendo a su paso mi pelo.

Me sentía una diosa.

Hacía mucho que no bailaba de esta forma, tan libre, segura y sexy.

Me estaba divirtiendo.

Jason

Puta madre.

Me estaba volviendo loco.

No hacía falta que volteara la vista para saber a quién estaba viendo Estefan.

La veía a ella, lo sabía porque yo también la vi. Porque yo también la deseaba.

No sé qué mierda quiere Estefan de Calisto, pero detestaba saber que era mejor el que yo cuando se trataba de Ella.

Sé que Estefan no la quiere consumir, sé que él no la corrompería ni la haría trizas para sacar sus demonios, sus pecados, su esencia.

Pero lastima. Yo la vi primero.

Es MÍA.

No me contuve más y busqué con la mirada a Calisto.

Estaba en la orilla de la pista bailando como un maldito ángel caído del cielo, Flo y Crista estaban a su lado, pero entre la multitud, Callie resaltaba.

Me encontraba en una orilla pegado a la barra de bebidas, desde acá podía ver perfectamente a Calisto.

Ella seguía bailando con tanta vehemencia ajena a mi mirada.

Se veía tan perfecta que dolía.

Pedí un whisky en las rocas y mientras me lo tomaba me era imposible no ver a Callie bailar.

Seguí en lo mío hasta que un ser hizo acto de presencia a mi lado.

Chase.

Veía en la misma dirección que yo. Sabía que estaba contemplando a Flo.

Desde hace unos meses que me confeso la atracción que sentía hacia ella.

Ninguno dijo nada, los dos sabíamos que no era necesario decir algo para saber que hacíamos, solo hubo silencio entre nosotros mientras la música seguía sonando por los parlantes.

Pasiones DestructivasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora