Capítulo X ⚔️

6 0 0
                                    

—¿Y esta quién es?

—Ni idea, deberíamos llevarla ante el Gran Alex.

Abro los ojos y la luz del sol me deja ciega. Pestañeo para acostumbrarme a la luz y, cuando lo hago, me fijo en tres caras que me miran incrédulos y sorprendidos. Me incorporo de golpe y me echo hacia atrás, huyendo de ellos. Me levanto torpemente y desenvaino mis dos dagas, poniéndome en posición de defensa.

—Ey, calma. —Dice uno de los chicos, el más alto y corpulento, levantándose también y poniendo las manos en alto.

Escucho el roce de acero y giro la cabeza hacia donde viene el sonido, y puedo ver que un chico pelirrojo ha desenvainado su espada. Aprieto la sujeción en los mangos de las dagas.

—Xhar, cálmate. —Dice otro chico, que parece estar tranquilo y me mira con sus ojos café, como si me conociera de toda la vida.

—¿Quiénes sois? —Pregunto con voz amenazante.

—Cálmate princesa, son de los buenos.

Cuando la voz de Arlyn resuena en las paredes de mi cabeza, dejo salir un suspiro y guardo las dagas.

—Ya estamos en la isla, ¿verdad? —Pregunto en voz alta, de tal forma que los tres chicos me escuchen.

—Espera... —dice el de ojos color café y cabello castaño tirando a rubio—. ¿Eres la vinculada de Arlyn?

—Supongo. —Contesto.

—Oh —interviene el pelirrojo y puedo ver cómo desliza la espada en su funda—. Yalan me lo ha dicho antes, que Arlyn había vuelto con la princesa.

—¿Yalan? —Pregunto.

—Mi dragón. Es hermano del tuyo.

—¿En serio? —Pregunto con una sonrisa en los labios.

—En serio —responde el pelirrojo y se acerca a mí. Lo miro con desconfianza. El chico, al verlo, me ofrece una mano—. Me llamo Kay, encantado, milady.

Río y cojo su mano, se la estrecho.

—Melany.

—¿A secas? —Pregunta todavía sujetando mi mano, me mira con una expresión graciosa y con una ceja enarcada.

Me aguanto la risa.

—A secas. —Respondo.

—Bueno, seguro que quieres ir a ver el motivo por el que has venido aquí, ¿no?

Asiento.

—Pues ven con nosotros. —Interviene el primer chico que ha hablado antes.

El pelirrojo suelta mi mano y echa a caminar junto a sus dos compañeros, los sigo por detrás.

El sitio es espléndido. Estamos en una explanada verde y con un montón de hierba y plantas que me llegan por los tobillos, haciéndome cosquillas. Miro hacia atrás y puedo ver el mar que se comunica con Lyren, cuyo continente no puedo alcanzar a ver. Vuelvo a mirar al frente, y a lo lejos, encima de una montaña rocosa con pico, puedo ver que en lo más alto del cerro hay un enorme castillo, con banderas que ondean contra el viento; son de color plateadas y azul clarito.

El castillo es hermoso desde aquí, imponente, con cuatro torres circulares que acaban en pico, hecho de ladrillo blanco de mármol. Luego está el edificio del centro, que está hermosamente decorado con la misma piedra que el techo y el resto del castillo; mármol blanco, o eso es lo que parece ser. Con ventanales cubiertos por cortinas por el interior, de color azul claro, igual que las banderas. Y el portón enorme, con las puertas abiertas de par en par, con unas pequeñas figuritas, que son los guardias, que flanquean las puertas colosales de madera, con bisagras de hierro forjado.

Sed de sangre y venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora