Cuando dejo de tener mareos y estoy algo más calmada, me atrevo a mirar a Lion, que se ha arrodillado delante de mí. Me mira con preocupación.
—No sé tú, pero estás loca —dice Sam, arrodillándose al lado de Lion.
Yo, medio acostada entre los brazos de Brak, con los dos chicos delante de mí observándome, trato de recomponerme.
—No sé si los locos somos nosotros o si lo eres tú, pero me gustaría que nos explicaras qué es eso que ha dicho el orco.
—¿Qué ha dicho? —pregunto haciéndome la tonta.
—Melany, por favor —se queja Lion—. ¡Eres la princesa!
No los miro.
—Mírame —me ordena, pero creo que recuerda que soy la princesa, así que añade—: Por favor.
Lo miro.
—¿Por qué nos has mentido? —pregunta Sam.
—No os hacía falta saberlo —protesto y me levanto. Me tambaleo, pero Brak me sujeta. Me lo quito de encima y me pongo derecha. Me alejo unos pasos de ellos y puedo ver que han venido con sus caballos; veo que en las alforjas tienen todo lo que había en el campamento.
—Lo que yo quiero saber —dice Harlin acercándose a mí con paso furioso. Yo levanto la barbilla—. ¿¡Es por qué demonios has tenido que coger a Bryl!?
Grita furioso y yo lo encaro, quedándome a centímetros de su rostro.
—Porque puedo y quiero.
—Es mi maldito caballo, no tienes ningún derecho a cogerlo —me regaña.
—Si no recuerdas mal, soy la princesa de tu reino, y puedo hacer lo que me plazca con tus cosas, campesino.
—¿Campesino? —repite con los dientes apretados, me asesina con la mirada y yo le perforo los ojos con la mía.
—¿O prefieres plebeyo?
—Mira, niña, ahora no estás en tu castillito, y no tienes a nadie que te apoye o te defienda...
—He matado a un puñado de orcos y huargos, ¿tú crees que necesito que alguien me proteja?
Se queda callado, a centímetros de mí, y puedo ver detalles de sus ojos que de lejos no podía ver.
Nos matamos con la mirada. Pero yo me alejo y silbo. Su caballo viene a mí y me monto.
—¿Qué demonios haces? —pregunta furioso.
—Un viaje —respondo.
Cojo mejor las riendas y espoleo a Bryl al galope, alejándome de ellos.
—¡MELANY! —grita Harlin, pero yo solo le grito una palabra malsonante mientras me alejo.
Taconeo a Bryl y me pongo en suspensión para poder ir más rápido, porque sé que van a venir detrás de mí.
Con cada tranco, las montañas nevadas están cada vez más cerca y un bosque que voy a tener que cruzar para poder llegar a la posada que cada vez está más cerca.
No me molesto en mirar atrás para asegurarme de que los chicos vienen detrás de mí. Pero en el bosque los despistaré y me libraré de ellos.
Cuando por fin entro en el bosque, miro de reojo hacia atrás y, en efecto, los chicos galopan hacia mí. Yo voy haciendo zigzag entre los árboles.
—¡Melany! —grita Lion.
Lo ignoro y los sigo despistando.
Para cuando ya he salido del bosque, creo que ya los he despistado y muy a lo lejos puedo ver la posada, así que acelero el ritmo.
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Sed de sangre y venganza
FantasyMelany, la princesa de Lyren perdio a su padre por una guerra entre los humanos y las criaturas malignas que abundan en el reino de Lyren. La chica, con sed de venganza investiga a todas las criaturas del reino, con esperanza de encontrar algun punt...