𝐗𝐈𝐈

152 4 0
                                    


𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐭𝐰𝐞𝐥𝐯𝐞
a goal for the heart

Desde el momento en que supe que Pablo y su equipo habían llegado a la final de la liga, no pude pensar en otra cosa. Habíamos soñado con este día durante tanto tiempo, y verlo finalmente tan cerca era emocionante y un poco aterrador. Pablo era mi mejor amigo desde hacía años, y aunque mis sentimientos por él habían evolucionado recientemente, había decidido mantenerlos en secreto para no complicar nuestra amistad. Pero hoy, todo parecía estar a punto de cambiar.

El estadio estaba lleno de energía el día del partido. Las gradas se llenaban rápidamente, y el bullicio de los fanáticos era ensordecedor. Estaba sentada con la familia de Pablo, todos vestidos con los colores del equipo, apoyándolo con todo nuestro corazón. Mi nerviosismo aumentaba con cada minuto que pasaba.

El partido fue increíblemente tenso, y cada jugada me tenía al borde de mi asiento. Cuando el marcador llegó a un empate y el tiempo casi se acababa, mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Fue en ese momento que Pablo tuvo su oportunidad. Con una destreza y precisión que me dejó sin aliento, anotó el gol de la victoria en los últimos segundos del partido. El estadio estalló en vítores y gritos de alegría. Salté de mi asiento, las lágrimas de felicidad corriendo por mis mejillas.

Después del pitido final, la familia de Pablo y yo nos dirigimos a la cancha para celebrar con él. Nos permitieron pasar y corrimos hacia el centro del estadio. Ver a Pablo, con una sonrisa radiante en su rostro, me llenó de una felicidad indescriptible. Cuando nuestros ojos se encontraron, sentí que todo lo demás desaparecía.

Pablo se adelantó y corrió hacia mí, dejando atrás a sus compañeros. Me levantó en un abrazo lleno de emoción.

—¡Lo hiciste, Pablo! ¡Eres increíble! —le grité, riendo y llorando al mismo tiempo.

Me bajó, manteniéndome cerca mientras sus ojos brillaban con una emoción que no había visto antes.

—Nicole, hay algo que necesito decirte —dijo, su voz temblando ligeramente—. Tú has estado conmigo en cada momento, en cada victoria y en cada derrota. No solo eres mi mejor amiga, eres mucho más que eso para mí.

Mi corazón se aceleró. ¿Qué estaba diciendo Pablo?

—¿Qué estás diciendo, Pablo? —pregunté, aunque en el fondo ya sabía la respuesta.

Pablo tomó una respiración profunda y miró a su alrededor por un momento antes de volver a centrarse en mí.

—Nicole, quiero que seas mi novia. Quiero que estemos juntos no solo como amigos, sino como algo más. Te amo, Nicole.

El tiempo pareció detenerse. Las lágrimas llenaron mis ojos, pero esta vez eran de pura felicidad. Asentí, sin poder contener una sonrisa radiante.

—Yo también te amo, Pablo. Sí, quiero ser tu novia.

La familia de Pablo, que había estado observando expectante, estalló en aplausos y vítores al escuchar mi respuesta. Pablo me abrazó nuevamente, esta vez con más fuerza, y me besó tiernamente. Los compañeros de equipo de Pablo se unieron a la celebración, felicitándonos y coreando nuestros nombres.

El estadio, lleno de espectadores celebrando la victoria del equipo, ahora también celebraba el inicio de algo hermoso entre Pablo y yo. En medio de la euforia y la alegría, supe que este era solo el comienzo de una nueva y maravillosa etapa en nuestras vidas.

Las siguientes semanas fueron un torbellino de emociones y actividades. La victoria de Pablo y su equipo en la liga desató una ola de celebraciones y entrevistas. Pero para nosotros, lo más importante fue nuestro nuevo comienzo juntos.

A pesar del ajetreo, encontramos momentos para estar solos. Una tarde, decidimos escapar del bullicio de la ciudad y nos dirigimos a una pequeña playa escondida que ambos amábamos. Era un lugar especial para nosotros, lleno de recuerdos de nuestra amistad, y ahora, de nuestro amor.

Nos sentamos en la arena, observando las olas romper suavemente en la orilla. Pablo, con una sonrisa tranquila, tomó mi mano.

—¿Recuerdas la primera vez que vinimos aquí? —preguntó, su mirada perdida en el horizonte.

Asentí, sonriendo ante el recuerdo.

—Claro que sí. Fue después de ese partido que perdiste por un penalti. Estabas tan desanimado que te traje aquí para animarte.

Pablo rió suavemente.

—Sí, y funcionó. Ese día me di cuenta de lo importante que eras para mí. Siempre has sabido cómo hacerme sentir mejor, incluso en los peores momentos.

Me acurruqué más cerca de él, disfrutando de la calidez de su cuerpo y el sonido de su voz.

—Y tú siempre has estado ahí para mí, Pablo. Incluso cuando ni siquiera sabía que necesitaba a alguien.

El silencio cómodo que siguió fue lleno de entendimiento y amor. Ambos sabíamos que estábamos donde debíamos estar, juntos y felices. Sin embargo, Pablo parecía tener algo más en mente. Se movió ligeramente, sacando un pequeño objeto de su bolsillo.

—Nicole, he estado pensando mucho en todo lo que hemos pasado juntos. En lo que eres para mí y en lo que quiero para nuestro futuro —dijo, su voz llenándose de emoción—. No quiero esperar más para empezar esta nueva etapa contigo.

Lo miré con curiosidad mientras abría una pequeña caja, revelando un delicado anillo de plata con un pequeño diamante.

—No es una propuesta de matrimonio —aclaró rápidamente, sonriendo nervioso—. Pero es un símbolo de mi compromiso contigo, de mi amor y de mi deseo de estar contigo siempre.

Sentí mis ojos llenarse de lágrimas nuevamente. Tomé el anillo y lo miré, maravillada por su simple belleza y el profundo significado detrás de él.

—Pablo, es hermoso. Y significa más de lo que puedo expresar con palabras.

Él me deslizó el anillo en el dedo, y luego me besó suavemente. Nos quedamos allí, abrazados, sintiendo que el mundo a nuestro alrededor desaparecía. En ese momento, no había nada más que nuestro amor y la promesa de un futuro juntos.

El tiempo pasó rápidamente, y pronto llegó la gala de fin de temporada del equipo. Era una noche de celebración, donde se premiaba a los jugadores y se recordaban los momentos más destacados del año. Acompañé a Pablo, ambos luciendo radiantes.

Durante la gala, mientras se entregaban los premios, no pude evitar sentirme orgullosa de Pablo. Verlo recibir el trofeo de Golden Boy fue un momento inolvidable. Cuando él subió al escenario para recibir su premio, el presentador le dio la oportunidad de decir unas palabras.

Pablo tomó el micrófono, su mirada buscando la mía entre la multitud.

—Quiero agradecer a todos mis compañeros de equipo, a los entrenadores, y a los fanáticos por este increíble año. Pero hay una persona especial a la que debo mucho de mi éxito y felicidad —dijo, encontrándome con su mirada—. Nicole, has sido mi roca, mi apoyo y mi inspiración. Este trofeo es tanto tuyo como mío. Te amo.

La multitud aplaudió y vitoreó mientras yo, con lágrimas de felicidad en los ojos, admiraba a mi novio, el cual se acercó a mí y me recibió con un abrazo y un beso, sellando ese momento perfecto con el amor que ambos compartíamos.

Esa noche, mientras bailábamos bajo las luces de la gala, supe que había encontrado a mi alma gemela. Y Pablo, sosteniéndome cerca, sabía que juntos podíamos enfrentar cualquier cosa que el futuro nos deparara.

Con la victoria de la liga y el inicio de nuestra relación, estábamos listos para escribir el siguiente capítulo de nuestra historia, uno lleno de amor, desafíos y, sobre todo, momentos inolvidables juntos.














































Voten y comenten, me ayuda mucho 🫶🏻

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒

pablo gavi
by gesvanie

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 • 𝐏𝐚𝐛𝐥𝐨 𝐆𝐚𝐯𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora