LOS DUARTE :EL ORIGEN [Completa]

Capítulo 27

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El 11 de junio, una fecha grabada a fuego en mi memoria, marcaba el inicio de un cambio trascendental en mi vida. El día había comenzado como cualquier otro, pero yo sentía en el aire una electricidad palpable, como si el universo mismo supiera que algo importante estaba a punto de suceder.

La puerta de mi cuarto se abrió de par en par, revelando el rostro radiante de Eva. Su presencia, como un rayo de sol en un día nublado, llenaba la habitación de energía y emoción. El sol de la mañana se filtraba a través de la ventana, pintando con rayos dorados cada rincón de la habitación. Los destellos de polvo flotaban en el aire, como pequeñas partículas de magia suspendidas en el tiempo, bailando en la luz con una gracia etérea.

Eva entró con un aire juguetón, su sonrisa iluminando la habitación mientras avanzaba con paso ligero. El tintineo de sus pulseras resonaba en el aire, agregando una melodía alegre al ambiente. Su vestido blanco, ligero y vaporoso, se movía suavemente con cada uno de sus pasos, creando la ilusión de que flotaba más que caminaba. Cada detalle, desde el movimiento de su cabello hasta el brillo en sus ojos, transmitía una vivacidad contagiosa.

—¡Buenos días! — exclamó con entusiasmo, su voz clara y melodiosa llenando el espacio. Me levanté de la cama, aún adormilada, pero no pude evitar sonreír al verla. Había algo en Eva que siempre lograba hacerme sentir más viva, más consciente del mundo que me rodeaba.

Ella se acercó a la ventana y abrió de par en par las cortinas, dejando que el sol inundara la habitación con su cálido resplandor.

—¡Mira este día! — dijo, girándose hacia mí con una expresión de pura felicidad. Es perfecto para una aventura.

Sus palabras me hicieron pensar en todas las posibilidades que el día podría ofrecer. Eva siempre tenía un plan, siempre una idea brillante que transformaba lo ordinario en extraordinario. Me pregunté qué tendría preparado esta vez.

Eva se sentó a mi lado en la cama, y pude sentir la calidez de su presencia. Sus ojos, llenos de chispa, me miraron con expectación.

—¿Lista para soplarle las velas a los Duarte?—respondió

—¿De qué hablas?—pregunté, mi voz aún arrastrada por la somnolencia mientras luchaba por comprender las palabras de Eva.

—Hoy es su cumpleaños, genia— insistió, su tono lleno de emoción y anticipación.

El aroma del café recién hecho flotaba en el aire, una fragancia acogedora que despertaba los sentidos y llenaba la habitación con una sensación de calidez y confort. Las notas robustas y terrosas se mezclaban con el suave perfume de las flores frescas que adornaban mi mesita de noche, creando una sinfonía de olores que inundaba mis sentidos y me transportaba a un lugar de paz y serenidad.

El tic-tac constante del reloj en la pared añadía una cadencia constante al ambiente, como el latido suave y constante de un corazón que marcaba el ritmo de la mañana que se extendía ante nosotros.

Mis cejas se alzaron en respuesta a las palabras de Eva, hoy era el cumpleaños de los Duarte, una fecha que resonaba con significado y expectativas en la mansión. La emoción palpable en el aire se mezclaba con un toque de intriga, pues los eventos que rodeaban a los Duarte siempre estaban envueltos en un aura de caos y extravagancia.

Mientras Eva seguía su camino, una preocupación diferente comenzó a tomar forma en mi mente. Un nudo se formó en mi estómago, recordándome la urgencia de un asunto pendiente que necesitaba resolver. Sumergida en mis propios pensamientos, me levanté de la cama con determinación, dejando atrás la comodidad de mi habitación en busca de respuestas.