Capítulo 14

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Capítulo 14. Seis decimos (6/10)

De regreso en el salón fue recibido por los brazos de Max, pues al igual que con el espejo Suroeste, el Noroeste ya encontraba en su lugar habitual y el peligris no deseaba que de nuevo su castaño recibiera una bienvenida por parte del mármol.

—Debiste atraparme así dos espejos atrás.

Una sonrisa se dibujó en el guardián divertido de aquel comentario, pero no le permitió a Sergio bajarse de sus brazos.

—Lo lamento.

A Sergio le figuró todavía estar en el espejo Noroeste y siguiendo su cuenta, dejó salir el número de disculpas que Pierre había dicho.

—Cuarenta.

—¿Eh?

Negó, avergonzado se escondió en el cuello del guardián, no hubo preguntas, ni explicaciones, porque ese momento preferían no arruinarlo. Varios segundos después, Max lo bajó de sus brazos para llevarlo a la rosa de los vientos, cosa que el castaño pensó que sería para continuar con el siguiente espejo.

—¡Sergio!

El mencionado giró al espejo Noroeste, pero antes de que pudiera ver a Pierre, las manos de Max cubrieron sus ojos limitando solamente a escuchar susurros inentendibles para él, pero que al parecer aquellos dos comprendía.

—¿Estás listo, mon petit?

—¿Para qué? —preguntó en confusión— ¿Tengo que irme ya al espejo Norte?

"¡Cielos no!" Pensó Pierre todavía incapaz de expresar sus pensamientos al menor, en cambio, fueron sus expresiones capaces de transmitirle no solo a Max lo que pensaba y quien negó con la cabeza indicándole no decir ninguna palabra respecto a ello.

—No —respondió Max—. Quiero tenerte unos minutos más conmigo. Esto es una sorpresa.

"¿Unos minutos cuando los espejos necesitan tener estabilidad lo más pronto posible?

Sencillamente no comprendía a Max para que ahora decidiera unos minutos con él.

—¿De qué se trata?

—Solo mantén los ojos cerrados por un momento —pidió el peligris soltándolo—. Un momento solamente.

—Max...

Escuchó los pasos de Max alejarse de él, pero también hubo otros más cerca de él.

Otro ruido captó sus oídos aumentando su ansiedad ante lo que estuviese preparando el guardián.

—Listo, Sergio ya puedes abrirlos.

Sin embargo, el castaño no los abrió al quedarse sorprendido de aquella voz tan cerca de él.

—¿Yu-Yuki?

—Sí.

Abrió los ojos pudiendo tener frente a él a su reflejo, no en el espejo, sino en el salón, con aquel raspón en la cara como en la suya y sonriéndole. Asombrado llevó sus manos al rostro de su reflejo todavía incrédulo de tenerlo ahí, tan irreal que parecía estar en un sueño.

De todos, Yuki era el primero que no estaba en el espejo, que podía tocar y escuchar en persona.

—No voy a desaparecer si es lo que piensas.

—Creo que voy a llorar —expresó el mexicano— ¿Cómo...

—Te lo dije. Solo los reflejos pilares tenemos el privilegio de viajar a los demás mundos. No iba a desperdiciar mi fecha y no viajar, así que aquí estamos.

El Salón De Los Espejos  [Chestappen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora