{.....}Hannibal movió mi rostro suavemente para que lo mirará sin aplicar tanta fuerza en su toque pero si la suficiente para obligarme a verlo, sus ojos azules eran un poco más oscuros que los míos y su cabello rubio claro brillaba levemente con la luz de las velas y los candelabros de la sala.
En esta posición podía ver cada parte de su rostro con más detenimiento, no habían imperfecciones y su piel estaba bien cuidada, no tenía ni un solo vello en la cara y sus labios parecían estar hidratados.
—Si supieras todo lo que provocas en mi y me haces hacer, quizás no sentirías miedo de tenerme así de cerca.—Él mantuvo su rostro demasiado cerca del mío y aunque pensé por un momento que dejaría un beso en mi frente no lo hizo y solo se retiró lentamente quitándose de encima de mí.—Ve a dormir, necesitas descansar, mañana iremos a cazar animales.
Solté el aire que había estado reteniendo al verlo irse nuevamente al piano preparandose para tocar una nueva melodía. Mi mirada lo siguió todo este tiempo sintiéndome extraña por sus palabras y también por el hecho en que había pensando en que dejaría un beso en mi frente.
¿Por qué pensaría eso?.
Definitivamente quería borrar de mi mente esa idea.
—No estoy cansada.—Dije aún acostada en el sofá asimilando todo.
—Lo estarás pronto.
Sus palabras me dejaron pensativa por un largo tiempo y inmediatamente volví a mirarlo viendo que comenzaba a tocar una nueva melodía. Algo en el fondo me decía que no estaba mintiendo pero ese era el caso, ¿por qué estaría cansada pronto?....
—¿Me estás drogando?.—Le pregunté derrepente.
—No, almenos que así quieras llamarlo.
Sus palabras me dejaron helada y de inmediato me levanté del sofá, mi cabello pelirrojo se movió rápidamente con mis movimientos mientras me apresuraba a acercarme a él.
—¿Desde cuándo me drogas?.—En ese momento tenía una gran desconfianza sobre él.
Si me drogaba eso significaba qué mientras estuviera en esos efectos no era conciente y quién sabe si pudo haberme hecho algo....
—No son drogas, es para que duermas por las noches como debe ser sin ningúna molestias.—Él me miró aún tocando las teclas del piano.—Y si estás pensando en que pude haberte tocado estas muy equivocada, puedo ser un loco o todo lo que quieras pero se controlarme y jamás le haría daño a una mujer en ese estado, menos a tí Sierra.
—¿Y como estoy segura de eso?, los hombres no son de confiar, en especial tú....—Detuve mis palabras al darme cuenta que me escuchaba como mi madre.
Mamá solía susurrar eso:«"Los hombres no son de confiar"». Nunca había entendido por qué ella decía eso pues ella solía decirlo después de que papá la obligara a ir con él a su habitación. no lo entendí hasta que lo supe.
—No vuelvas a sugerir que soy de ese tipo de hombres, se que no confías en mi pero no te eh tocado ni un cabello en ese estado.—Hannibal se levantó otra vez del piano elevandose sobre mi haciéndome ver mucho mas pequeña.—Si te médico es por que lo necesitas.
—¿Necesitarlo?, ¿drogarme es una necesidad?, ¿acaso eres mi médico?, ¿sabes acaso a qué soy alérgica?, podrías matarme, ¿lo sabías?..—Dije entre dientes intentando olvidar lo que había dicho hace unos momentos.
—Créeme conozco de pies a cabeza tu historial médico y se a que eres alérgica, ¿por qué crees que nunca pongo nueses en tu comida?, se lo que necesitas, y si soy tu médico desde que estas en esta mansión.—Su voz fue ronca y fuerte dejándome en claro que en ese momento quién dominaba la situación era él.—Se que no puedes dormir bien por las noches, asi que te doy medicamentos para que eso no sea un problema.
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Los Lawrence - [Durmiendo con el peligro] #2 ©
Mystery / Thriller(En edición) Sierra Walker una Adolescente de 17 años es secuestradas por un hombre oscuro y peligroso qué la llevará al mundo de su locura y perdición. Ella buscará la manera de escapar de las garras de ese hombre para volver hacer libre pero para...