Los Lawrence - [Durmiendo con el peligro] #2 ©

‡°•Capitulo 33 - Bosque de la muerte•°‡

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Hannibal Lawrence.

Tiempo antes de sierra.

Anoté en silencio las características de mi nueva paciente. Sabrina Walker
Una jovencita de 17 años que se había vuelto loca ya que había lastimado a uno de sus compañeros con un bolígrafo directamente en los ojos ya que la había tocado sin su consentimiento.

Tuvo una ataque de ansiedad y estrés después de eso y aunque la familia de la víctima intentaron encarcelarla el juez dictaminó que la jovencita tenía evidentes problemas en su mente así que fue trasladada a un centro psiquiatra.

En el que yo trabajaba.

Él psiquiatra principal del centro psiquiátrico no quería atendarla ya que decía que era una muchacha muy inestable y difícil de atender así que confío en mis buenas habilidades para meterme en las mentes de la personas y ahora ella era mi paciente.

Y había conseguido información que me ayudaría a conectar las piezas en su cabeza.

El problema para mí era que ella me hacía recordar a alguien....

A alguien que siempre aparecía en mi cabeza.

Mi madre.

No tenía mucho parecido y apenas eran unos rasgos, pero no podía evitar pensar en que si hiciera unos cambios en ella
Lograría un parecido aún más mayor.

—¿Como te sientes hoy?.—Le pregunté directamente sabiendo que ella había atacado a su compañera de habitación hace unos días y tuvieron que confinarla.

—¿Puedo decirle algo?.—Ella no repudio mi pregunta pero dijo algo que realmente me interesó.

Ella no solía hablar ni responder mas que mis preguntas y que estuviera preguntándome en qué si podía decirme algo me dejaba saber que mis intentos de ganar su confianza habían funcionado.

—Por supuesto, dime lo que quisieras.—Mi voz fue suave sabiendo que esto ayudaba mucho a los pacientes.

Trasmitir la tranquilidad que ellos necesitaban.

—No quiero salir de aquí, no quiero ir a casa.—Ella bajo su mirada al suelo como si sintiera culpa.—Pero no puedo dejarla, sería traicionarla, no se que hacer, yo...
No puedo dejar que le hagan daño.

Fruncí el ceño levemente después de escucharla sintiendome confundido sin saber a quien exactamente se refería.

—¿Traicionar a quien?, ¿porque dices que no puedes dejarla?.—Me acomodé en mi silla mostrando aún mi semblante tranquilo pero al mismo tiempo serio y desinterésado para no mostrar reacciones hacia mis pacientes.

—A mi hermana.—Su voz fue casi en un Susurró pero logré escucharla.

Mi boca se entre abrió un poco pensando en si había leído en sus archivos sobre su familia. Había escuchado que tenía un hermano aunque nada sobre una hermana.

Un interés comenzó aparecer en mi cuerpo pensando en si su hermana se parecía a ella.

Si Sabrina se parecía un poco a mi madre quizás, solo quizás su hermana podría tener más o igual de parecido.

Y no necesariamente estaba fuera de mi alcance.

—¿Porqué no quieres dejar a tu hermana?, ¿porque no quieres volver a casa?.—Le pregunté antes de mover mi cabeza hacia un lado, a pesar de que no quería mostrar interés era casi inestable no hacerlo.