{.....}Hannibal Lawrence.
7 de septiembre de 1982.
Miré atentamente a las mujeres de mi padre quiénes lo observaban desde sus sillas en el jardín. Algunas bebian copas de champagne y otras tan solo un poco de jugó, prestándole atención a mis hermanos que jugaban con una pelota y mi padre les seguía el juego.
Yo era el único de mis hermanos que permaneció junto a las mujeres, también estaba Laurence pero apenas tenía dos años y lo único que hacía era llorar por comida y quedarse en los brazos de la tía Malena.
Moví mi cabeza en la dirección de mi madre que estaba dentro de casa observando desde uno de los ventanales que daban hacia el jardín. Mi padre le había prohibido salir con nosotros después de que ella intentará ahogarme con una almohada.
Yo la había perdonado pero papá no lo había hecho.
—¿Quieres una galleta?.—Me pregunto la abuela abriendo una bolsa para ofrecerme una, intentando distraerme de mi madre.
Asentí suavemente con la cabeza y llevé la galleta a mi boca dándole un buen mordisco antes de volver a mirar en dirección a mi padre entre cerrando los ojos para que el sol de esa tarde no me molestará.
—Cada día Jonas se parece a su padre cuando tenía su edad.—La abuela hablo y la madre de Jonas soltó una risita orgullosa.
—Un digno hijo de su padre, tenía que parecerse a él claramente.—Dijo la madre de Jonas mirando con sus lentes de sol blancos a todas las mujeres de mi padre.
—Yo digo que el pequeño Laurence no se queda atrás.—Malena habló solo para molestar un poco, ya la conocía muy bien y en mis 8 años de vida sabía que si abría la boca era solo para hacer enfadar pues eso le gustaba.—¿Verdad?.
Ella miro a la abuela mientras mostraba a Laurence como si fuera un pequeño trofeo, Laurence tenía su mirada en el suelo y tenía un poco de chocolate alrededor de su boca ya que acababa de comerse uno qué Malena le ofreció.
—Claro, tiene su mismo color de cabello y ojos, pero aún así no deberíamos estar hablando de quién se parece más a Niklaus, eso no importa lo que importa es que los niños estén bien.—La abuela negó Suavemente con la cabeza intentando cambiar el tema pero Malena ya había hecho enfadar a las mujeres de mi padre.
—Tal vez Laurence se parezca a su padre pero mi hijo Mirco tiene algunos rasgos de su personalidad.—Y eso fue suficiente para iniciar la discusión entre las mujeres mientras que Malena observaba con una gran sonrisa en su rostro.
Después de una tarde algo atareada para mí padre todos ya estábamos adentro y nos estábamos preparando para dormir. Algunas de las mujeres de mi padre ya estaban en sus habitaciones durmiendo y otras estaban apenas vistiendose con sus pijamas después de un largo baño.
Se suponía que yo ya debía estar durmiendo pero me quedé a escuchar a mi padre hablar con mi madre en la sala quién lo ignoraba a medias leyendo un libro y escuchando los sermones de mi padre de no volver a tocarme ni un cabello.
—¿Me estás escuchando verdad?.—Mi padre le arranco el libro de las manos y mi madre lo miró con molestia pero no sé atrevió a decirle algo.—Él es tu hijo y se supone que tienes que cuidarlo no intentar matarlo, él te quiere a pesar de todo y deberías apreciar eso.
—Lo que tú digas Niklaus.
—No se que pasa por tu pequeña cabeza pero espero que tú comportamiento cambie pronto.—Mi padre sujeto la mejilla de mi madre y aunque ella no lo apartó había cierta incomodidad en su rostro.—Sabes que te quiero, eres unas de mis favoritas pero tienes que controlarte, no puedo tener a una mujer que esté colocando en constante peligro a nuestro hijo.
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Los Lawrence - [Durmiendo con el peligro] #2 ©
Gizem / Gerilim(En edición) Sierra Walker una Adolescente de 17 años es secuestradas por un hombre oscuro y peligroso qué la llevará al mundo de su locura y perdición. Ella buscará la manera de escapar de las garras de ese hombre para volver hacer libre pero para...