Los Lawrence - [Durmiendo con el peligro] #2 ©

‡°•Capitulo 32 - No puedo correr•°‡

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Arabella Lawrence.

Peiné con cuidado el cabello de Malena mientras su madre preparaba la cena para todos en la mansión. Mi mirada constantemente estaba vigilando a Niklaus y a sus hermanos mayores.

Aveces los miraba en silencio intentando averiguar que sucedía en sus cabezas.

Si estaban locos como su padre o eran chicos normales.

Pero definitivamente no lo eran.

—Saben compré unas revistas porno en el supermercado.—Peter le dijo a sus hermanos antes de sacar de las bolsas de las compras la revista mostrandosela a sus hermanos sin pudor alguno.

Peter era el mayor de sus hermanos y hasta ahora el que más mostraba su perturbación hacia a mi.

Podía ver su locura en sus ojos.

—¿Y para que?.—Niklaus alzó la mirada de su libro viendo a Peter con algo de asco.

—¿Acaso no te interesa ver a las mujeres?, ¿o eres maricon?.—Peter junto a sus hermanos se rieron y Niklaus solo rodo los ojos.

—Tenemos una hermana y madres, no podemos ser sucios con las mujeres.—Niklaus señaló con la cabeza en dirección a nosotras.

—Eso no tiene nada que ver.—Peter se sentó al lado de Niklaus en el sillón y le mostró la revista Pero él sólo apartó la mirada.—Si sigues así tendré que obligarte a ver películas porno aver si te recuperas de pensar así, hermanito.

Peter tiró el libro de Niklaus al suelo y cuándo él iba a recogerlo Peter le dió un fuerte golpe palmada en la cabeza y seguidamente sus demás hermanos lo hicieron.

Peter era como el líder de todos sus hermanos pero al frente de su padre bajaba su cabeza como todos.

—¡Peter Lawrence!.—Le grité desde la cocina llamando la atención de él y de sus hermanos.—Deja a tu hermano en paz, ve hacer tus deberes o tu padre se molestará.

—Lo proteges mucho madre, él ya es lo suficientemente grandecito para que entienda que no puede ser así en nuestra familia.—Peter le dió un pequeño empujón a su hermano lo que me hizo molestar más.—Las mujeres aquí solo sirven para ser prácticamente nuestras esclavas.

—¿Eso piensas?.—Dije antes de levantarme de la silla en la que había estado peinado a Malena.

Me acerque en silencio a Peter Intentando mostrarme lo más fuerte posible delante de él y sus hermanos. Ciertamente me lastimaba que él creyera eso...aunque no era del todo mentira.

Yo era la esclava de su. Padre.

—Eso es lo que eres y lo sabes.—Peter se encogió de brazos disfrutando mi rostro contraerse de dolor.

Me dolía que mi hijo le gustara lastimarme, emocional y físicamente. Porque lo hacía cada que podía y no le importaba.

Era un psicópata al igual que su padre.

—Discúlpate con tu hermano y conmigo.—Dije antes de sentir a la pequeña Malena de 5 años detrás de mis piernas observando la situación.

Su madre nos miraba desde la cuna sin atreverse a meterse entre nosotros ya que ella le temía a mis hijos tanto como a Michael.

—No, porque debería, no les debo nada.—Peter se rió en mi cara y mi corazón solo dolió más con eso.