‡°•Capitulo 26 - Amargos recuerdos•°‡

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Genevieve Clark.

Sonreí de medio lado al ver la cuna azul preparada en la habitación de la cabaña. Niklaus la había construido solo para mí y para él con él propósito de que nuestro hijo naciera allí ya que él realmente tenía la idea de que mi parto fuera más privado y que sólo estuviéramos los dos y una de las parteras de la familia.

No faltaba tanto para que diera a luz y con el paso del poco tiempo que me quedaba me había resignado a aceptar todo.

Últimamente incluso me agradaba más la presencia de Niklaus.

Quizás el embarazo me estaba ablandando estás últimas semanas.

Niklaus llegó detrás de mi y colocó sus manos en mi vientre acariciandolo con suavidad mientras su rostro se enterraba en mi cabello.

Incluso así se me olvidaba que yo tenía 16 y él 23.

—¿viste lo que hice en el jardín de la mansión para tí?.—Él preguntó con curiosidad refieriendose a que el muerto jardín que una vez estuvo allí ahora
Parecía un paraíso lleno de flores.

Incluso lo había entendido mucho más y construyó una fuente y un laberinto además de una zona con mi nombre hecho con arbustos llenos de bonitas flores que podía ver desde mi habitación.

—Nunca pensé que ese jardín tomaría vida.—Admiti arrugando un poco la nariz,Niklaus giro mi cuerpo hacia él y su cabeza se apego contra la mía.

—Pues ahora lo tiene y solo para ti.—Él acercó su dedo a mi nariz y la presionó con ternura.

Reí suavemente y él se alejó de mi señalando la cuna del bebé y la decoración. Él había hecho absolutamente todo e incluso hizo la cuna ya que era bueno trabajando con la madera.

—Hice todo como me dijiste.—Él señaló el mural de la pared que tenía unos bonitos cuervos.—También le di mi toqué.

Él llevo su mano a mi vientre y lo acaricio antes de arrodillarse ante a mi besando mi estómago demostrandome el cariño que sentía sobre el bebé.

—Niklaus, quiero que me prometas algo.—Dije llevando mi mano a su cabeza tocando su cabello rubio.

—Lo qué tú digas.—Él me miró desde abajo metiendo su mano debajo de mi camisa de maternidad para sentir más al bebé.

—Prométeme no estar con otra mujer más que yo, prométeme no hacerle daño a nadie más, prométeme proteger a este bebé.—Estaba realmente ansiosa estos días ya que había soñado que moría en el parto y ese era mi mayor miedo.

En el fondo sabía que no estaba preparada para dar a luz.

Todos lo sabían.

Niklaus lo sabía.

Lo sabían desde que él hermano se Niklaus se dió cuenta que mi pelvis era muy pequeña y mi cuerpo no se estaba adaptando del todo al embarazo.

—Lo prometo.—Él se levantó y tomo mi mano con el anillo de los Lawrence y el de nuestro matrimonio.

Un bonito anillo con un diamante rosa que al igual que el otro estaba clavado en mi dedo.

Lo único bonito era como brillaba no como estaba puesto.

Pero así eran las cosas.

Incluso los matrimonios dentro de esta familia eran oscuros y perversos y mucho más horribles que la propia cosecha.

Los Lawrence - [Durmiendo con el peligro] #2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora