Sentado en el sofá, limpiaba su espada en movimientos repetitivos mientras tenía la vista perdida hacia el frente.
Sentía aquella mirada puesta en él, pero la ignoró como llevaba días haciendo, ignorando su presencia en todo momento. Cuando le hablaba él no respondía, cuando se acercaba él se alejaba, cuando le ofrecía su ayuda él la negaba.
Estaba tratando de no interesarse en él más de lo que ya había hecho.
Porque verlo, hablarle y dejarlo acercarse no le hacía bien, al contrario, le hacía daño, le recordaba a los años de su vida donde todo estaba de maravilla y no había ningún peligro cerca, donde Luzu seguía con vida como era debido y ambos eran una pareja.
El día en que encendió a Arin, pasó la mayor parte del tiempo fuera, corriendo por el bosque y deteniéndose a respirar, jadeante debido al cansancio y la pena, largándose a llorar y gritar sin importarle nada. Volvió una vez el sol había desaparecido del cielo, y como era de esperar, el androide se lanzó encima suyo al verlo lastimado y con sangre, haciéndole miles de preguntas sobre el dolor que sentía, cómo se había lastimado y si necesitaba ayuda para curarse.
No respondió nada, simplemente caminó hasta el baño y se encerró en él, limpió y vendó sus propias heridas antes de dejarse ver nuevamente por el androide, quién no volvió a insistir al ver que todo estaba bien.
Sintió el ruido de un vaso ser dejado en la mesa de centro, provocándole un sobresalto que logró disimular a la perfección, continuando con su tarea.
—Creador Quackity, por favor beba un poco de agua— Ahí estaba esa voz nuevamente, recordándole que su pesadilla era real —Necesita mantenerse hidratado para estar sano.
Como llevaba haciendo, lo ignoró, siguiendo con su tarea, deteniéndose por momentos para buscar alguna otra parte sucia o faltante de brillo.
Tenía la tonta ilusión de que si lo ignoraba lo suficiente, Arin dejaría de intentar acercarse a él y terminaría por irse.
—Creador Quackity, ¿Puede escucharme?— Arin ladeó la cabeza, acercándose un poco más —Parece haber perdido la habilidad de hablar y el sentido de la audición, eso es preocupante, buscaré en mi base de datos lo que-
—Cállate.
Seco, frío, distante, dejó de limpiar su espada para hablar sin siquiera tratar de endulzar su voz. El androide obedeció, guardando silencio de inmediato, sin dejar de mirarlo.
Quackity tiró la espada a la mesa, meciéndola y tirando el vaso de agua contra el suelo. Giró su cabeza levemente para ver lo que había hecho, notando como el agua comenzaba a moverse entre las grietas del suelo en todas direcciones, y cómo el vidrio estaba esparcido en distintos tamaños por el alrededor.
Sintió y vio los zapatos de Arin alejarse de su lado, para volver unos segundos después sosteniendo una escoba, unos trapos y el pequeño basurero de la cocina. Con calma se acercó hasta el accidente y se agachó, tomando los pedazos de vidrio más grande y tirándolos al basurero.
—Detente.
—Es peligroso para usted que esto se quede aquí, podría provocarse alguna herida— Respondió, deteniendo su tarea para observarle a la cara mientras respondía, aunque el contrario no lo estuviera mirando directamente.
—Dije que te detuvieras.
—Creador Quackity, solo estoy haciendo mi trabajo.
—¡Detente, maldita sea!— Gritó, poniéndose de pie al mismo tiempo. Arin se detuvo por completo, como si estuviera congelado, sosteniendo un trozo de vidrio en el aire.
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La estrella del creador [Arinckity]
FanfictionQuackity decide terminar el proyecto que su gemelo dejó, dándole vida e inicio a ese androide empolvado que estaba en el taller. -Fanfic de mi completa autoría, se prohíben copias y/o adaptaciones. -Shippeo cubitos no a los streamers. -Angst, conten...