Diez años atrás.
-El cargamento que ordenó acomodar está listo, su majestad.
-No hagamos esperar más a nuestros hermanos de Saja. Comiencen el traslado.
Enormes cargamentos de lo que parecía ser seda virgen eran movidos en enormes vehículos sobre ruedas tirados por decenas de caballos.
Mientras los observaban alejarse, tras de sí, el rey sentía una extraña emoción recorriéndolo. Miró en dirección de las escaleras del castillo y sentado, mirándolo fijamente se encontraba un gato negro de ojos amarillos refulgentes; su mirada estaba cargada de un sentimiento oscuro que hacía que incluso le diera escalofrío.
-¿Se encuentra bien, su majestad? -preguntó uno de sus soldados.
-Sí, desde luego -le devolvió la mirada al soldado-, solo tenia curiosidad por el extraño gato negro que en ocasiones ronda el castillo, ese que está justo ahí.
Ambos miraron hacia donde apuntaba el rey, pero en el lugar no había nada.
-Jamás he visto un gato dentro del palacio, su alteza -añadió el soldado, con un tono muy serio.
-Volvamos al castillo. Esta haciendo bastante frio.
Ocho años atrás.
-Corre, rápido -sollozaba mientras tomaba a su hermana de la mano.
-Estoy cansada, no puedo más. ¿Quién viene? -preguntó casi sin aliento.
-Los demonios. Quieren llevarnos. Debemos escapar.
Eran apenas unas niñas avanzando a través del oscuro bosque en medio de la fría noche.
-Vamos, Nabi. Podemos ocultarnos en esa caverna...
Nabi cayó al suelo fuertemente y se quejó adolorida.
-Corre, Nari. Aún tenemos los hechizos que nos enseñó papá. Puedo darte algo de tiempo -la hermana pequeña se levantó con el cuerpo lleno de heridas y rasguños.
-Si esto es lo que deseas, lo haremos juntas -la hermana mayor volvió sobre sus pasos y se colocó a un lado de la pequeña. Elevaron las manos a la altura de su rostro estirando los brazos hacia enfrente y sus manos comenzaron a brillar.
Desde detrás de los matorrales surgió un ruido, ambas apuntaron hacia el lugar. Las ramas se movieron y mostraron figuras oscuras y enormes que se acercaban poco a poco.
Cuando las figuras estuvieron lo bastante cerca, la luz que ellas proyectaban las iluminaron.
-Su majestad -exclamó Nari-. Estamos salvadas, hermana. Es el rey.
Nabi no bajaba las manos, pero finalmente cedió.
El rey, acercándose un poco mas, sonrió sombríamente.
-Atrápenlas -dijo a sus soldados. Mientras veía como las niñas forcejeaban cuando sus hombres las amordazaban sintió una mirada pesada. Volteó hacia arriba; sobre una rama del árbol mas cercano, un gato negro le fulminaba con la mirada. Esos ojos amarillos poseían un fulgor inquietante, una fuerza, una emoción, casi odio. Era una sensación que ya había experimentado tiempo atrás pero decidió ignorarla.
-¿Sucede algo, su majestad?
-Nada. Vámonos de aquí.
Cuando volteó la mirada hacia sus guardias para concluir con su oscuro plan, el aire se partió frente a él y un casi zumbido pasó sobre su rostro; el gato negro se lanzó sobre él y con una precisión letal rasguñó su rostro con las garras.
El rey gritó lleno de sangre, tenía la mirada nublada. Sobresaltado se fijó en el gato negro que yacía en el suelo como esperando a hacer su segundo movimiento. El rey lo pateó violentamente y salió volando lejos.-Atrapen a ese gato y quémenlo -los guardias lanzaron sobre él una red de caza. Agitado intentaba liberarse pero era inútil el esfuerzo. Los guardias del rey levantaron las manos y arrojaron fuego de ellas. Subieron a las niñas ya amordazadas a una carreta cubierta por paja y avanzaron lentamente entre la fría noche hacia el castillo. La red de caza se quemó lentamente, con un enorme agujero en el centro.
Una semana antes.
Una persona encapuchada llegó a palacio. Su identidad era desconocida.
-Exijo hablar a solas con el rey -dijo postrándose con respeto-. Soy emisario de Saja.
-Vayamos a alguna de las cámaras del castillo. Ahí podremos hablar tranquilamente. Sígueme -dijo el rey.
Caminaron por entre los pasillos alumbrados por la espectral luz azul, hasta llegar a una cámara provista por dos sillas de madera.
-¿Qué es aquello que requiere de tanto misterio? -preguntó el rey.
El encapuchado se descubrió esta vez, su rostro estaba lleno de cicatrices y tenia el aspecto de un forajido de algún pueblo olvidado.
-El rey de Saja me ha encomendado traerle en persona este mensaje.
"Quiero a la chica. Es mayor, pero la requiero para mi servidumbre personal y privada. Pagaré un alto precio por ella".
-¿De qué chica esta hablando en especifico? -añadió el rey sabiendo ya la respuesta.
-La mensajera de su reino.
-Entiendo. Dile al rey que eso es imposible...
-Pagará con creces el precio que usted ponga, su majestad -concluyó calmadamente, a sabiendas del éxito de su misión.
-Le costará cien mil onzas de oro -indiferente, el rey volteó un poco la mirada.
-Las mandaremos en el cargamento que llegará en unos días, sin falta. Añadiremos también muchas onzas de plata como extra por la buena voluntad de su majestad.
-Entonces cuenten con ello. Saldrá a una misión en unos días. Será interceptada y llegará a su reino en un mes aproximadamente.
Ambos se dieron las manos, seguido a esto el mensajero del reino vecino se marchó.
Sentado, en el marco de una de las ventanas que había en lo alto, el gato negro observaba fijamente.
Al sentir nuevamente el extraño escalofrío el rey volteó hacía la ventana, pero ahí ya no había nada más que el viento que ondeaba la cortina.
Nota importante: Ningún gato fue herido durante la filmación de este episodio. En esta compañía profesamos abiertamente nuestro amor por los felinos y demás animales. Promovemos también la protección y cuidado a los gatos, en especial a los gatos negros.
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La aprendiz de demonio (Jungkook Fanfic)
FanfictionEn un mundo donde la magia es parte de la vida de todos sus habitantes, Ju conoce por azares del destino a Jung, un demonio que es culpado de todo lo malo que ha pasado al reino en el que viven, pero algunas cosas no cuadran... Necesita escuchar la...