Capítulo 9 Hora de las visitas

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Antes de que despuntara el sol, el demonio salió de la caverna y se dirigió al castillo. Decidió no causar pánico en los ciudadanos que aunque ya lo conocían podrían mal entender su visita tan temprana, así que a su paso durmió a todos los guardias, a toda la servidumbre y a toda persona que cruzó a su paso. Se internó en las mazmorras del castillo y avanzó lentamente hasta llegar a la última de ellas, la más sombría, húmeda y maloliente.

-Hora de las visitas -dijo sonriendo.

-Lárgate de aquí, sucio demonio -el parche en el ojo ya no lucía tan deslumbrante como cuando era rey, y el semblante del desalmado hombre ahora dejaba ver claramente cual era la esencia del verdadero Gwangsu.

-Esa no es manera de recibir a los viejos amigos. Hasta te traje flores -a través de los barrotes de la celda donde estaba hizo pasar un ramo de flores amarillas. Gwangsu estirando la mano las aventó lejos de él-. Pensé de verdad que podrías ser un poco más amable; después de todo solo estás aquí, encerrado. Es un castigo demasiado suave por todo lo que en realidad has hecho.

-¿Un demonio quiere venir a juzgarme? No me hagas reír. Debes entender que tu lugar aquí es el de torturador, eres tan sádico como yo o incluso más, esta en tu naturaleza.

-Puede que tengas algo de razón, o simplemente estás delirando, tal como siempre lo harás a partir de hoy.

El verdugo en el día de su juicio también será castigado,
Mas en vida conocerás el dolor que a otros has causado.
Tu carne será devorada noche tras noche, sin compasión,
Desde tus órganos menos importantes hasta tu corazón.

Malvado incorregible, tirano desde siempre,
Si en tu alma no hay culpa ni remordimiento,
Deja que yo, un verdugo oscuro, en ti la siembre,
Sentirás insoportable culpa, en cada pensamiento.

La puerta de la reja se abrió de par en par, dejándolo entrar fácilmente. Se acercó hasta estar frente a él y le tocó la frente mientras recitaba su maleficio.

Las flores amarillas se marchitaron de inmediato, como aquella esperanza que aquel malvado tuvo por un segundo de tener paz por última vez.

El demonio abandonó el castillo lentamente, mientras todos los afectados por el conjuro de sueño se iban despertando sin saber nada de lo acontecido.

La aprendiz de demonio (Jungkook Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora