Capitulo 17

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Horas despues.

En la finca mariposa.

Alguien tocaba la puerta.

Kanae fue a abrir pero al ver de quien se trataba fruncio el seño.

Frente a ella estaba Sanemi, con el rostro cansado y su hombro claramente dislocado. A pesar de su estado, mantenía una expresión desafiante.

Sanemi, con voz ronca, dijo: "Necesito que me atiendan."

Kanae, sin ocultar su disgusto, respondió: "¿Qué te pasó, Sanemi?"

Sanemi, evitando la mirada de Kanae, contestó: "Tuve un... enfrentamiento con Goyo."

Kanae suspiró, visiblemente molesta. "Pasa. Te atenderemos.

Sanemi asintió y entró en la finca. Kanae lo llevó a una de las habitaciones donde Shinobu estaba preparando medicinas. Al ver el estado de Sanemi, Shinobu arqueó una ceja.

Shinobu: "¿Qué demonios te pasó, Sanemi?"

Sanemi, con un tono resignado, dijo: "Goyo. Tuvimos una... diferencia de opiniones."

Shinobu, suspirando, se acercó a él y comenzó a examinar su hombro. "Esto va a doler," advirtió antes de manipular su hombro para volver a colocarlo en su lugar.

Sanemi soltó un gruñido de dolor pero se mantuvo firme. Shinobu le aplicó ungüentos y vendas, trabajando en silencio pero eficientemente.

Kanae, con una expresión de preocupación y desaprobación, comentó: "Para que te haya hecho eso, debiste de haberlo molestado mucho. ¿Qué fue lo que le dijiste?"

Sanemi, con un tono desafiante pero con una pizca de arrepentimiento, respondió: "Solo expresé mi disgusto sobre cómo su mejor amigo se volvió un demonio."

Kanae suspiró, claramente molesta. "Sanemi, todos sabemos lo que significa perder a alguien querido. Goyo ha sufrido mucho, y hablar así de su amigo solo añade sal a la herida."

Shinobu, mirando a Sanemi mientras terminaba de vendar su hombro, añadió: "Entendemos que tienes tus propias opiniones y dolores, pero necesitamos ser más cuidadosos con lo que decimos. Goyo ha pasado por mucho, y tu comentario fue innecesariamente cruel."

Sanemi, con una expresión más seria, respondió: "Sé que todos hemos perdido a alguien. Pero para mí, cualquiera que se convierte en demonio es un traidor. Es difícil ver más allá de eso."

En ese momento, la puerta de la habitación se abrió de golpe, mostrando a Giyuu molesto. Sin previo aviso, tomó a Sanemi por el cuello de la camisa y lo levantó ligeramente.

Giyuu, con furia en sus ojos, exclamó: "¡Sanemi, ya basta! No tienes idea del dolor que Goyo ha soportado. No tienes derecho a juzgarlo ni a hablar mal de su amigo."

Sanemi, sorprendido por la repentina reacción de Giyuu, intentó liberarse pero el agarre de Giyuu era firme.

Shinobu, con una expresión de alarma, intervino rápidamente: "¡Giyuu, suéltalo! Esto no resolverá nada."

Kanae, colocando una mano en el hombro de Giyuu, añadió con calma: "Giyuu, entendemos tu enojo, pero necesitamos manejar esto de otra manera. Sanemi ya ha recibido su castigo. Necesitamos encontrar una forma de trabajar juntos."

Giyuu, respirando pesadamente, finalmente soltó a Sanemi, quien cayó de nuevo en la cama, tosiendo. Giyuu se giró hacia Kanae y Shinobu, todavía enfurecido pero tratando de controlarse.

Sanemi, recuperándose del susto, murmuró: "No esperaba esa reacción de ti, Tomioka."

Giyuu, con los puños apretados, respondió: "No voy a permitir que sigas hablando así. Todos hemos perdido a alguien, pero no podemos dejar que eso nos divida. Goyo ha hecho más por nosotros de lo que te imaginas, y no permitiré que lo trates con desprecio."

Satoru Gojo En Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora