Satoru Gojo En Kimetsu no Yaiba

Capitulo 26

Momentos antes.

Tenguen: Oigan, que creen que tenga Goyo, se fue muy serio del bar.

Iguro: No lo se, ni me interesa. Goyo siempre ha sido arrogante y narcisista. Si algo lo está molestando, seguro que él lo resolverá solo."

Mitsuri, que siempre intentaba ver lo mejor en los demás, miró a Iguro con una expresión de desaprobación. "Iguro, Goyo ha hecho mucho por todos nosotros. No deberías ser tan duro con él. Si está pasando por algo difícil, deberíamos estar ahí para apoyarlo."

Sanemi, que había estado escuchando en silencio, soltó una carcajada áspera. "Tal vez le entró una crisis existencial.

Gyomei los seguia detras, rezando por sus almas.

Pero giro su cabeza al escuchar un ruido.

Cuando volvio su vista hacia enfrente miro a un hombre con un traje blanco y cabello negro.

Pero sintio una presion tan grande, los demas pilares tambien sintieron eso y se quedaron paralizados del miedo.

Vaya, asi que ustedes son los pilares, no parecen fuertes, diganme, donde esta Goyo?

Mitsuri: Tu, tu, quien eres?

Muzan Kibutsulli.

La respuesta vino con una calma que era más aterradora que cualquier grito. "Muzan Kibutsulli," dijo el hombre, su voz suave pero cargada de un poder inimaginable. "El rey de los demonios. El origen de todo lo que ustedes han jurado destruir."

La revelación golpeó a los Pilares como un mazazo. Habían escuchado historias, leyendas sobre Muzan, pero estar en su presencia era algo completamente diferente. Y lo peor era que ahora, con el poder de Sukuna, él era una amenaza más grande de lo que podían haber imaginado.

Tengen, sintiendo el sudor frío en su frente, intentó hablar, pero las palabras se le atragantaron en la garganta. Era consciente de lo desesperada que era la situación. Muzan no solo había aparecido ante ellos, sino que lo había hecho con un poder que los superaba por completo.

"Así que ustedes son los guerreros que protegen este mundo... los que han derrotado a mis demonios uno por uno," continuó Muzan, con una sonrisa fría curvando sus labios. "Pero ahora, todo eso termina. Estoy aquí por una razón, y ustedes no son más que un obstáculo."

Sanemi, con su espíritu indomable, intentó moverse, pero sus piernas no respondieron. "¿Qué... quieres de Goyo?" preguntó, con una voz que intentaba ser firme.

Muzan lo miró, sus ojos oscuros y sin piedad. "Goyo es el único que representa un verdadero desafío para mí. Y quiero aplastarlo personalmente. Su arrogancia y poder me interesan... pero primero, debo deshacerme de cualquier distracción. Así que, les doy una última oportunidad: díganme dónde está, o seré yo quien les saque la respuesta."

La amenaza implícita en su tono fue suficiente para que los corazones de los Pilares se hundieran aún más. Sabían que, a pesar de su entrenamiento y habilidades, no estaban en condiciones de enfrentar a alguien como Muzan, y menos aún con el poder de Sukuna.

Mitsuri, desesperada por ganar tiempo, trató de mantenerse firme. "No sabemos dónde está Goyo. Incluso si lo supiéramos, no te lo diríamos. No dejaremos que te acerques a él."

Muzan soltó una risa baja, que resonó con malicia. "Muy bien. Entonces, parece que tendré que empezar con ustedes."

Alzo su mano y creo una flecha de fuego.

Y se los lanzo a los pilares que poco pudieron hacer.

La flecha de fuego avanzó con una velocidad cegadora, dejando una estela de calor abrasador a su paso. Los Pilares, aún paralizados por la presión abrumadora de Muzan, apenas pudieron reaccionar. Pero en el último momento, Iguro, con una determinación feroz en sus ojos, se lanzó hacia Mitsuri, envolviéndola con su cuerpo en un intento desesperado por protegerla.