Destino compartido

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Raven y Chico Bestia habían sido compañeros de equipo durante años, enfrentando juntos todo tipo de desafíos. La Torre Titán era su hogar, y en su interior, habían forjado una amistad profunda y duradera. Sin embargo, en los últimos meses, algo había empezado a cambiar entre ellos. Un cambio sutil pero palpable en la forma en que se miraban, en cómo se rozaban accidentalmente las manos o en la manera en que sus conversaciones se volvían cada vez más íntimas.

Esa noche, la Torre estaba envuelta en un silencio inusual. Los demás titanes habían salido en una misión nocturna, dejando a Raven y Chico Bestia solos en el salón común. Se sentaron juntos en el sofá frente a la enorme ventana que daba a la ciudad iluminada por las luces nocturnas.

Chico Bestia rompió el silencio primero. "Raven, ¿te has dado cuenta de que últimamente somos los únicos que quedamos aquí por las noches?"

Ella asintió con la cabeza, mirando fijamente hacia el horizonte. "Sí, lo he notado."

"Hemos pasado tanto tiempo juntos últimamente", continuó Chico Bestia, su voz ligeramente nerviosa. "Y creo que hay algo que ambos hemos estado evitando hablar."

Raven giró la cabeza para mirarlo directamente a los ojos, captando la seriedad en su expresión verde. "¿A qué te refieres, Gar?"

Él suspiró profundamente, buscando las palabras adecuadas. "Raven, creo que estoy enamorado de ti."

Las palabras resonaron en el aire entre ellos, creando una tensión palpable. Raven sintió cómo su corazón latía con fuerza en su pecho mientras procesaba lo que acababa de escuchar. No había previsto esto, aunque en lo más profundo de su ser, había sentido un cambio en su relación que no podía ignorar.

"Gar...", comenzó a decir, pero él la interrumpió suavemente.

"No necesitas responder de inmediato", dijo, colocando una mano sobre la suya con delicadeza. "Solo quería que supieras cómo me siento."

Raven miró sus manos entrelazadas, sintiendo el calor reconfortante de su contacto. "No quiero perderte, Gar."

"Yo tampoco quiero perderte", murmuró Chico Bestia, acercándose lentamente hacia ella.

El mundo pareció detenerse mientras se acercaban el uno al otro, sus labios a solo centímetros de distancia. Raven cerró los ojos, dejándose llevar por la conexión que había estado negando durante tanto tiempo. Finalmente, sus labios se encontraron en un beso suave pero cargado de emoción contenida.

El beso fue el punto de no retorno. Desde esa noche, Raven y Chico Bestia empezaron a explorar la nueva dinámica de su relación. Descubrieron que compartían una pasión que trascendía la amistad, una conexión íntima que habían estado ignorando por temor a arruinar lo que tenían.

Las semanas pasaron en una mezcla de momentos robados y conversaciones profundas en las que exploraban sus sentimientos mutuos. Raven se encontró revelando partes de sí misma que nunca había compartido con nadie más, mientras que Chico Bestia demostraba una paciencia y comprensión que la sorprendió gratamente.

Una noche, después de una misión particularmente difícil que los había dejado a ambos heridos y exhaustos, se encontraron tendidos en el sofá de la sala de estar de la Torre. Chico Bestia acariciaba suavemente el cabello de Raven mientras ella descansaba su cabeza en su regazo.

"¿Cómo hicimos para no darnos cuenta antes?", murmuró Raven, mirándolo con ternura.

Chico Bestia le sonrió suavemente. "Creo que siempre ha estado ahí, entre nosotros. Solo necesitábamos el valor para reconocerlo."

Raven cerró los ojos, sintiéndose completa y vulnerable al mismo tiempo. "Tengo miedo, Gar. Miedo de lo que esto podría significar para nosotros."

Él acarició su mejilla con dulzura. "Yo también tengo miedo, Raven. Pero estoy dispuesto a intentarlo si tú lo estás."

Asintiendo lentamente, Raven se sentó y lo miró con determinación en sus ojos violetas. "Lo estoy, Gar. Quiero intentarlo."

Desde ese momento, su relación se intensificó. Descubrieron nuevas formas de apoyarse mutuamente, tanto en el campo de batalla como fuera de él. Se convirtieron en pilares de fuerza el uno para el otro, encontrando consuelo en los momentos difíciles y celebrando cada pequeña victoria juntos.

Sin embargo, no todo fue fácil. Hubo momentos de duda y conflicto, momentos en los que sus diferencias amenazaron con separarlos. Raven, con su seriedad y su pasado oscuro, a veces luchaba por aceptar el amor y la felicidad que Chico Bestia le ofrecía tan libremente. Y Chico Bestia, aunque amoroso y paciente, tenía sus propios demonios internos que a veces afloraban en forma de inseguridades y temores.

Pero cada vez que se enfrentaban a un obstáculo, encontraban la fuerza para superarlo juntos. Aprendieron a comunicarse de manera más abierta y honesta, a confiar en el poder de su amor para superar cualquier adversidad que se interpusiera en su camino.

Una tarde de primavera, Chico Bestia llevó a Raven a un rincón tranquilo del jardín de la Torre. Allí, entre las flores en flor y el suave murmullo del viento, se arrodilló frente a ella con una caja en la mano.

"Raven, desde el momento en que te conocí, supe que eras especial", comenzó Chico Bestia, con los ojos brillantes de emoción. "Eres la luz en mi vida, la fuerza que me sostiene incluso en los momentos más oscuros. No puedo imaginar mi vida sin ti."

Raven contuvo el aliento mientras él abría la caja, revelando un anillo delicado con un zafiro en el centro, rodeado de pequeños diamantes.

"Raven Roth, ¿quieres casarte conmigo?", preguntó Chico Bestia con una sonrisa nerviosa pero esperanzada.

Las lágrimas brotaron de los ojos de Raven mientras contemplaba el anillo y luego a su amado. "Sí, Garfield Logan. Sí, quiero casarme contigo."

Se abrazaron con fuerza, sabiendo que el camino que habían recorrido juntos los había llevado hasta ese momento único y precioso. El futuro era incierto, pero lo enfrentarían juntos, como siempre lo habían hecho: con amor, pasión y una profunda conexión que trascendía cualquier obstáculo.

Y así, Raven y Chico Bestia se embarcaron en el siguiente capítulo de su historia, lleno de promesas, aventuras y el amor inquebrantable que habían descubierto el uno en el otro.

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