Un amor mas alla del destino

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Era una noche oscura en Jump City. La luna llena iluminaba tenuemente la Torre de los Jóvenes Titanes, reflejando un resplandor plateado sobre las aguas tranquilas que la rodeaban. En el interior, Raven se encontraba en su habitación, meditando sobre los últimos eventos. La paz que buscaba en su mente era interrumpida constantemente por una imagen recurrente: Chico Bestia.

Desde que se habían unido al equipo, Raven siempre había visto a Chico Bestia como un compañero molesto, un chico inmaduro que nunca tomaba nada en serio. Sin embargo, en los últimos meses, algo había cambiado. El mutante había comenzado a mostrar un lado más profundo y sensible, y a pesar de sus bromas constantes, Raven había empezado a notar un sentimiento inusitado brotando en su interior.

Esa noche, el joven de piel verde no podía dormir. Se sentía inquieto, con un anhelo en su corazón que no podía explicar. Caminaba de un lado a otro en su habitación, transformándose en diferentes animales para intentar liberar la tensión. Finalmente, decidió salir al balcón para tomar aire fresco.

El destino quiso que, en ese momento, Raven también decidiera salir al balcón adyacente al suyo, en busca de tranquilidad bajo la luna. Cuando sus miradas se encontraron, algo indescriptible ocurrió. Un hilo invisible parecía unir sus almas en un cruce de emociones que ambos intentaban negar desde hacía tiempo.

Chico Bestia, siempre valiente y directo, decidió romper el silencio.

-Raven, ¿te molesto si me acerco? -preguntó con un tono de voz que mezclaba nerviosismo y determinación.

Raven lo miró con sus ojos violetas, serenos pero penetrantes.

-Adelante -dijo ella, con una voz tan calmada como un lago en calma, aunque su corazón latía con fuerza.

Chico Bestia se acercó lentamente, tomando asiento junto a ella en el balcón. Durante un momento, ambos contemplaron el brillo de la luna reflejándose en el agua, disfrutando de una silenciosa compañía que hablaba más que mil palabras. Finalmente, el rompió el silencio.

-Raven, sé que a veces soy un fastidio. Bueno, la mayoría de las veces, probablemente -dijo con una sonrisa tímida. -Pero quiero que sepas que... hay algo en ti que siempre me ha fascinado. Tu fuerza, tu sabiduría, y sí, incluso tu sarcasmo.-

Raven arqueó una ceja, una sonrisa apenas perceptible asomando en sus labios.

-¿Incluso mi sarcasmo, eh? Deberías tener cuidado con lo que deseas- respondió con suavidad.

El se rió nerviosamente. -Lo digo en serio, Rae. Tú eres... increíble. Y no puedo evitar sentirme atraído por ti. No solo porque eres hermosa, sino por todo lo que eres. Quiero conocerte más, saber qué te hace reír, qué te hace feliz.-

Las palabras de Chico Bestia resonaron en el corazón de Raven. Nunca había permitido que nadie se acercara tanto a ella, por temor a herirlos o a ser herida. Pero había algo en su sinceridad y la ternura que derribaba sus barreras.

-Garfield -dijo finalmente, usando su verdadero nombre, lo que hizo que él se tensara de sorpresa. -Nunca pensé que dirías algo así. Pero te has ganado mi respeto y mi afecto, a pesar de todo. Eres valiente, leal y tienes un corazón puro. Y... creo que también quiero conocerte mejor.-

Chico Bestia no pudo evitar sonreír como un niño pequeño que acaba de recibir el mejor regalo del mundo. -Raven, ¿te gustaría salir conmigo? Tal vez una cita en la ciudad, solo tú y yo.-

Raven lo miró, sintiendo una calidez que nunca había experimentado. -Me encantaría, Garfield -dijo con una sonrisa genuina que iluminó su rostro.

La cita que siguió fue mágica. Pasearon por los lugares más hermosos de Jump City, riendo y compartiendo historias de sus vidas que nunca habían contado a nadie. Garfield la llevó a un restaurante vegetariano que sabía que a ella le encantaría, y la noche terminó con una caminata a la luz de la luna en el parque.

Cuando regresaron a la Torre, ambos sabían que algo había cambiado para siempre. La conexión entre ellos se había fortalecido, y el amor había comenzado a florecer de una manera que ninguno de los dos había esperado.

Esa noche, en la tranquilidad de la Torre, Chico Bestia y Raven se encontraron nuevamente en el balcón, bajo la luz de la luna. Sin decir una palabra, el mutante tomó suavemente la mano de Raven, entrelazando sus dedos con los suyos. Ella no se resistió, y por primera vez en mucho tiempo, se permitió sentir plenamente.

-Gracias, Raven- dijo él en voz baja, mirando sus manos unidas. -Por darme una oportunidad.-

Raven lo miró con ternura, su corazón latiendo al unísono con el suyo. -Gracias a ti, Garfield, por mostrarme que el amor no es una debilidad.-

En ese momento, Chico Bestia se inclinó lentamente hacia ella, y Raven, sin dudarlo, cerró los ojos. Sus labios se encontraron en un beso suave pero lleno de pasión, sellando así el comienzo de su amor.

Los días que siguieron fueron una mezcla de diversión y descubrimiento. Mientras él, con su humor característico, se dedicó a hacer reír a Raven en cada oportunidad. Ella, a su vez, se dejaba llevar por sus emociones, permitiéndose disfrutar de la compañía de Garfield.

Un día, mientras estaban en la sala común, Beast Boy se acercó sigilosamente por detrás de Raven, quien estaba leyendo un libro de hechizos. Con una sonrisa traviesa, se transformó en un gato y saltó sobre su hombro, ronroneando.

-¡Beast Boy!- exclamó Raven, sorprendida pero no molesta. "Sabes que odio cuando haces eso."

-Vamos, Rae, solo trato de hacerte sonreír -dijo él, volviendo a su forma humana y sentándose a su lado.

Raven no pudo evitar sonreír levemente. -Está bien, Garfield. Solo no lo hagas cuando estoy leyendo.-

Beast Boy se rió y la abrazó por los hombros. -Lo prometo. Pero, ¿qué tal si hacemos algo divertido? ¿Tal vez una salida al parque de diversiones?-

Raven lo miró con duda, pero sus ojos brillaban con una chispa de curiosidad. -Nunca he estado en uno. Pero si insistes, vamos.-

En el parque de diversiones, Raven experimentó una mezcla de emociones. Gritó de miedo y emoción en la montaña rusa, se rió con las travesuras de Beast Boy en los autos chocones, y se sorprendió al ver cuánto disfrutaba la compañía de Garfield en un entorno tan diferente.

Al final del día, mientras caminaban juntos bajo las luces parpadeantes del parque, Beast Boy tomó la mano de Raven. -¿Te divertiste?-

Raven asintió, sintiendo una calidez en su pecho. -Más de lo que esperaba. Gracias, Garfield.-

Beast Boy sonrió y, sin previo aviso, la giró hacia él, inclinándose para besarla apasionadamente. Raven respondió con igual fervor, permitiendo que sus emociones fluyeran libremente.

-Raven, te amo -susurró Beast Boy cuando se separaron, sus ojos verdes brillando con sinceridad.

Raven lo miró, sus ojos violetas llenos de emoción. -Yo también te amo, Garfield. Más de lo que nunca pensé que podría.-

Y así, bajo las luces parpadeantes del parque de diversiones, sellaron su amor con un beso apasionado, sabiendo que habían encontrado en el otro la pieza que les faltaba para ser completos.

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